A fines de 2005 un poco más de mil matrimonios disolvieron formalmente su vínculo, y pasaron a conformar las listas de los primeros divorciados inscritos en el Registro Civil. Desde entonces las cifras anuales aumentaron,

22 mil durante todo 2008.

Sin embargo, el número de sentencias emanadas desde tribunales durante el primer trimestre de este año ha sido inusualmente alta: entre enero y marzo 14.050 parejas se separaron legalmente, luego de una resolución judicial. La cifra es un 115% más que los divorcios registrados durante el primer trimestre del año pasado.

Según abogados y autoridades de Justicia, el aumento en las cifras se explicaría por una mayor celeridad en la tramitación de esos procesos en los Tribunales de Familia, a raíz de los ajustes al sistema introducidos por ese ministerio en octubre de 2008. Frente al fenómeno se constata, además, un mayor número de personas que solicitan divorciarse. Durante el primer trimestre de este año las demandas ingresadas a tribunales aumentaron un 10% respecto del año pasado.

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Según el subsecretario de Justicia, Jorge Frei, "cuando empezaron a funcionar los Tribunales de Familia, esperábamos 180 mil causas. Llegaron 400 mil", que incluye procesos de divorcio, tuición y pensiones alimenticias, entre otros temas. "Hubo demoras y no funcionó como lo teníamos diseñado. Por eso, mucha gente se inhibió de presentar causas por divorcio", dice Frei.

Por ese motivo se decidió aumentar de 258 a 353 los jueces de familia y de 1.067 a 1.707 los funcionarios de esos tribunales, lo que ha agilizado el trámite de las causas, el cierre de procesos y su inscripción en el Registro Civil. "Hoy tenemos en promedio tres meses para agendar (la primera audiencia de) una causa. Antes eran seis a nueve meses. Lo que estamos viendo es el impacto de las medidas que tomaron para la normalización de los conflictos en materia de familia", indica el subsecretario.

En eso coincide la abogada y académica de la Universidad Central Isabel González. Explica que "cuando recién empezaron los juicios había una acumulación de causas enormes (...) Un juicio de divorcio duraba hasta dos años. Ahora sale en seis meses, previa mediación".

Para la abogada experta en Derecho de Familia, Ximena Campodónico, del estudio Jottar y Campodónico, la celeridad se da más en los divorcios de común acuerdo y cuando a las audiencias "se llega con un acuerdo completo y suficiente sobre todas las materias". Sin embargo, explica, "todavía estamos lejos de cómo debería funcionar el sistema (...) Cuando no es de común acuerdo los plazos son de seis, ocho meses o más de un año", explica.