Diversos estudios y estadísticas, revelan que los divorcios y separaciones aumentan drásticamente en la época estival. Una de las explicaciones para este fenómeno, es que en este periodo las parejas se enfrentan a la convivencia diaria, debiendo pasar juntos las 24 horas del día, situación que no ocurre durante el resto del año.
Ann Mary Iturra, psicóloga y coordinadora académica de la carrera de la Universidad Autónoma de Chile comenta que "los conflictos surgen, entonces, por el exceso de tiempo de convivencia en las vacaciones, dado que compartir más tiempo del habitual saca a la luz las diferencias que durante el resto del año apenas se perciban. En las vacaciones, la pareja tiene tiempo para mirarse y analizar la relación, lo cual saca a relucir esas incomprensiones o infelicidades que están más o menos encubiertas y se ponen de relieve cuando hay una convivencia mayor".
De acuerdo a la psicóloga, lo anterior no significa que aquellas parejas que disfrutan de una relación satisfactoria atraviesen también por este problema, sino que esta situación afecta principalmente a aquellas parejas cuyos conflictos han sido silenciados durante el resto del año.
"La intensa convivencia que supone compartir las 24 horas del día, agudiza las dificultades existentes y saca a la luz ciertas incompatibilidades que se habían mantenido ocultas, permitiendo evidenciar lo insalvable de la relación. A partir de ello, se arrastrarán una serie de dificultades que eventualmente culminarán en el quiebre definitivo", comenta la profesional.
De acuerdo a lo anterior, se recomienda a las parejas mantener una buena comunicación durante el año y atender a tiempo esas pequeñas señales que dan luces de que algo no funciona bien en la relación, de modo de prevenir quiebres abruptos por diferencias irreconciliables que podrían haberse resuelto si se hubiesen abordado a tiempo, en vez de haber esperado las vacaciones para verlos surgir sin posibilidad de reparación.