Los insurgentes prorrusos desvelaron hoy que los ocho observadores de la OSCE retenidos por la milicia se encuentran en la localidad de Severodonetsk, 100 kilómetros al norte de la capital regional, Lugansk.
"Es un acto reflejo, ya que el hecho de que se encuentren allí los representantes de la OSCE es una garantía de que en la ciudad no se librarán combates", dijo Andréi Purguin, viceprimer ministro de la autoproclamada república popular de Donetsk, a la agencia rusa Interfax.
El portavoz insurgente explicó que esa ciudad alberga la empresa química Azot y un bombardeo sobre la ciudad podría provocar una catástrofe química que pondría en peligro no sólo Lugansk, sino también las regiones vecinas.
El líder de la autoproclamada república popular de Donetsk, Denís Pushilin, pidió esta semana a la OSCE que retire a sus observadores de la zonas prorrusas, ya que no puede garantizar su seguridad.
Adujo que los observadores de la OSCE "son un bocado muy apetecible para el enemigo, para secuestrarles o, aún peor, matarlos y después echarnos la culpa".
Los rebeldes ucranianos retienen desde finales de mayo a ocho observadores de la OSCE y a un intérprete.
No es la primera vez que las milicias prorrusas detienen a observadores internacionales, ya que en abril secuestraron a siete inspectores militares por espiar para la OTAN, aunque después fueron puestos en libertad.
El secretario general de la organización internacional, Lamberto Zannier, aseguró que los cuatro observadores están vivos, al tiempo que tachó de "escandaloso" que sean acusados de espionaje.
La misión de la OSCE en Ucrania está compuesta de 200 observadores civiles de 41 países, además de 80 colaboradores que cumplen funciones logísticas.