Sergio Cortés se muestra dolido. No está contento con el proceso que utilizó la Federación de Tenis para elegir al nuevo head coach. Un cargo que le habían prometido, pero que tras la intervención de los jugadores, terminó recayendo en Carlos Marchant.
¿Cómo lo invitan a participar del proceso?
Me pidieron postular, ya que la Federación había tenido un problema con los jugadores por una carta. Entonces, tuve una conversación con los dirigentes. Se suponía que en un principio Nicolás (Massú) iba a renunciar y posiblemente yo iba a tomar la capitanía. Como Nicolás no renunció, me pidieron que fuera head coach y pudiera llevar a cabo el nuevo proceso de esta federación.
¿Con quién habló?
Hablé con Óscar Rojas y Matías Bobadilla. Ellos me dijeron que era una muy buena carta para generar cosas nuevas, ya que no estaba involucrado en ninguna academia y estaba disponible para viajar a lo largo de Chile para ver el desarrollo de los menores. Después me dijeron que por el interventor se iba a hacer una postulación, para que fuera mucho más transparente el tema. Y eso no era malo. Pero ellos me pidieron expresamente que postulara al cargo, como todos los entrenadores que lo hicieron. Más que nada porque lo pide el Comité Olímpico. Entonces era raro, porque asumo yo que esto lo debería elegir la federación y no otra entidad.
Pero es el Comité Olímpico el que autoriza.
Eso es lo que me comentaron. Y por eso se hizo esta postulación, pero nunca ha existido. Nano Zuleta y Álex Rossi fueron elegidos y nunca hubo una postulación. Por eso me pareció medio extraño.
¿En qué momento decide restarse del proceso?
Había pasado mucho tiempo y mucha incoherencia en el sentido de que hablaban una cosa y después salía otra. Lo más extraño es que me hicieron postular y pensaba que era sólo por un formalismo. Me empezó a parecer poco serio y quise dar un paso al costado. Porque si no voy a estar cómodo y no voy a trabajar bien, va a ser difícil desarrollar un tenis de proyección. Sobre todo ahora, que está de capa caída.
Entonces, usted se resta por falta de seriedad.
Sí, de todas maneras. Me pareció poco serio el proceso. Me llamaron para que postulara y me dijeron en un principio que iba a quedar. Entonces, todo fue muy raro, muy mal hecho.
¿Qué le parece que haya primado la voluntad de los jugadores para elegir al head coach?
Me parece mal, más allá de que debe estar la voluntad de los jugadores en un proceso. Nunca los jugadores dijeron "quiero este head coach". Yo creo que la Federación tiene que tener ese derecho para saber quién es el más idóneo, el más capacitado en ese minuto para hacer eso.
¿Se sintió utilizado?
Sí, me siento utilizado por la Federación. Ocuparon mi imagen al principio cuando mandaron la carta para decir que tenían un plan B. Y después sale que no, que no era. Es raro. Todo me pareció complicado y qué pena que esto suceda así. Pensé que iba a ser algo distinto, pensé que había un cambio. Al parecer no se ve tan así.
¿Con qué opinión se queda de Óscar Rojas?
No sé si es él o la cantidad de directores que están atrás. Con Óscar hablé cuatro veces, en reuniones y por teléfono. Pero qué pena que esta federación no tenga los pantalones para defender su proyecto. Creo que deben tener su propia identidad para que sean creíbles. Ellos como dirigentes tienen que trabajar para que todo el tenis les crea.