Luego de pasar la segunda semana de febrero en terreno, el subsecretario de Obras Públicas, Sergio Galilea, quien fue nombrado por la Presidenta Michelle Bachelet como coordinador nacional de la Reconstrucción, por los incendios ocurridos en la zona centro sur del país, hizo un balance y adelantó los plazos y mejoras que se quieren en esta etapa.
¿Cómo evalúa estas dos primeras semanas en terreno?
Ha habido un trabajo arduo, he recorrido prácticamente la totalidad de las comunas afectadas. Naturalmente, la situación en el Maule es mucho más grave que la de regiones como el Biobío y O'Higgins.
¿Cuál fue su primera impresión al viajar a estas zonas afectadas?
Tenemos que tener en cuenta que hay más de 400 mil hectáreas (ha) quemadas, y ver ese panorama desde un helicóptero es dramático. Lo que pasó en Santa Olga fue impresionante, pero también contemplé escenas de gran ánimo y fuerza en muchas localidades donde los mismos vecinos trabajaron para defenderlas de forma heroica.
¿Cómo evalúa la respuesta general a la emergencia?
La campaña se enfocó en terminar con los incendios con la mínima pérdida humana y de viviendas dañadas. Esa fue la estrategia y para eso se mezcló el trabajo aéreo y terrestre, como la labor del MOP de construir 510 kilómetros (km) de cortafuegos. No hay nada mágico para resolver este tipo de incendios. Todos los elementos ayudan.
Pero ante las críticas, y según reconocieron otras autoridades, ¿se hace un mea culpa y una evaluación para sacar lecciones?
Nunca habíamos tenido una situación como la que vivimos, y ojalá eso se traduzca en un fortalecimiento de la capacidad de respuesta gubernamental y estatal. Por ejemplo, una Conaf con más medios, con mayor cantidad de profesionales permanentes, con cuarteles de bomberos mejor equipados. En nuestro caso (MOP), tenemos un proyecto de aumentar la maquinaria y los operarios, porque no teníamos claro que podíamos ser tan útiles para esto. Hay un aprendizaje país: necesitamos una estructura estatal más fuerte.
Hubo críticas iniciales de las ONG solicitando tener más participación y coordinación con usted. ¿Cómo se trabajó eso?
Estamos de acuerdo en que el gobierno tiene que dirigir, y los privados tienen que cooperar bien, y si estamos coordinados, mucho mejor. Entiendo que mi rol de coordinador es hacer más eficiente la acción de los privados. Sería absurdo que nos pusiéramos a pelear entre qué hacemos nosotros y qué hacen ellos. Mejor pongámonos de acuerdo en el plano y dividamos la dirección del trabajo, donde todo suma. Y creo que eso lo hemos conseguido.
¿Se potenciará la asociación público-privada?
El ideal es que varias de estas materias o procesos puedan ser financiadas por privados, y en esa línea estamos trabajando. Ojalá se mantenga esto a futuro.
¿Y a cambio de qué el privado se haría cargo del financiamiento?
De su generosidad, como donación. El ministro de Hacienda nos dijo que esto iba a costar unos US$ 330 millones; si en mi función yo me consigo US$ 30 millones, mejor para el país. Los kilómetros de cortafuego los hicimos con privados. La Cámara de Chilena de la Construcción nos ayudó con maquinaria. Nos costaron alrededor de $ 13 mil millones, pero en realidad pagamos $ 6 mil. El resto fue aporte de privados.
¿Se definieron áreas para la reconstrucción?
Lo primero que empezamos a trabajar fue en recuperar el sector productivo, porque en la medida que la gente recupera un nivel de ingreso mínimo o recibe subsidio a la fuerza de trabajo, o subsidio directos a los productores, recupera un poco la normalidad. Hay más de 4.500 pequeños productores agrícolas, e Indap ya ha llegado al 95% con ayuda efectiva.
¿Y el turismo?
Llegamos a tener índices de ocupación promedio de alrededor de un 25%. Esto se mantuvo una semana así y se recuperó la semana siguiente, hasta alrededor de un 40%. Yo diría que para esta semana esperamos tener alrededor de un 70% u 80% de ocupación. Lo que queremos con la subsecretaria (Javiera) Montes es asegurar que la temporada pueda ser más prolongada, ojalá hasta Semana Santa, con ofertas especiales de para esa fecha.
¿Cómo se va a enfrentar el tema de la vivienda?
Se dividió en dos etapas. Las 850 que están en zonas rurales y dispersas, donde entregaremos soluciones de unos 28 metros cuadrados, y las más de 800 de Santa Olga, que son un desafío mayor. El objetivo es que la gente se quede con una solución básica, no de emergencia, porque aumentamos el estándar y los metros cuadrados. Este país abandono la mediagua como parte de la solución tradicional y la opción de acceder a otros subsidios es una posibilidad adicional.
¿En qué plazos?
Para las 850 viviendas dispersas tenemos un cálculo de que antes de julio debiéramos tenerlas solucionadas; o sea, antes de la lluvia sostenida. Y en Santa Olga el 95% de los damnificados ha accedido al subsidio de residencia temporal de $ 200 mil mensual.
¿Cómo se va a plantear la reparación de los sistemas de agua potable en esa zona considerando los problemas de sequía?
Tenemos un programa destinado a reforzar todos los sistemas de agua potable rural (APR) en las tres regiones. Están identificados y vamos a reparar, reponer y mejorar alrededor de 30 APR. En Santa Olga tenemos que tomar decisiones más complejas, porque allí no tenemos fuente reconocida de agua y eso nos ha obligado a llevar agua del río Maule a través de una tubería de entre 10 y 12 km. Estamos en el proceso de desarrollar el trazado topográfico y el diseño, y la empresa Arauco nos concedió 21,5 litros por segundo de sus derechos de agua para estos efectos.
¿Será la ciudad "emblema"?
Quisiéramos que esta localidad, que ha sido el epicentro del drama, sea también el centro de una construcción esperanzada. Tenemos en proyecto construir una carretera de doble vía entre la Ruta 5 y Constitución, pero estamos colocando una distribución de diseño que permita que en los 300 metros que enfrentan a Santa Olga con Los Aromos, la carretera sea soterrada. Y eso ha sido bien recibido por la comunidad.