Es probable que Sergio López nunca olvide el gol que le marcó a Barnechea. El tiro libre que terminó en el fondo del arco que defendía Jorge Manduca significó su primera anotación con Unión Española en el Torneo de Clausura. Pero eso no es todo. El tanto, además, condenó al cuadro huaicochero a perder la categoría y a descender a la Primera B. Al mismo tiempo, cortó una racha negativa de 167 días, nueve partidos, de su combinado sin ganar en Plaza Chacabuco. En otras palabras, una jugada inolvidable por donde se le mire.
El Negro llegó a la comuna de Independencia proveniente de Argentina. Debutó como futbolista profesional en Temperley, en 2007, y jugó ahí por cuatro años. Luego pasó a Godoy Cruz y en 2013 cruzó la cordillera para defender a Palestino. Un año después regresó al equipo mendocino y esta temporada se puso bajos las órdenes de José Luis Sierra, donde ha alternado entre la suplencia y la titularidad.
El volante, nacido en Lomas de Zamora el 4 de enero de 1989, ya había marcado un gol por los rojos en Copa Chile. Fue el 15 de enero en la victoria sobre la Universidad de Concepción, a la larga el monarca del certamen. Con Unión, el trasandino ha disputado nueve encuentros y en ocho ha sido titular. No había estado presente en las dos últimas fechas, pero en el choque del sábado apareció y fue la gran figura.
El rendimiento del jugador ilusiona a los seguidores de Unión Española los que no han tenido muchas alegrías con el equipo durante la temporada. Gracias a sus buenas actuaciones, López comienza a ganarse el cariño de los fanáticos. Una cosa es segura; por lo menos los hinchas de Barnechea difícilmente podrán olvidarlo.