Hasta hace unos años Sérgio Fernando Moro era un juez desconocido en gran parte de Brasil. Pero bastó que en marzo de 2014 asumiera la investigación en primera instancia de la llamada Operación Lava Jato para que llegara a convertirse para algunos en una suerte de "héroe nacional". Inspirado en la operación "Manos Limpias", que acabó con una compleja red de corrupción política en Italia en los 90, el magistrado de la 13° Sala Penal Federal de Curitiba hizo lo suyo al destapar el gigantesco esquema de sobornos en la petrolera estatal Petrobras, el mayor escándalo de corrupción de la historia de Brasil.

Desde entonces Moro no sólo ha puesto tras las rejas a políticos de los principales partidos y a algunos de los empresarios más ricos del país, sino que también fue el primero en desafiar la hasta hace poco intocable figura del ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva. En julio, el juez hizo noticia al emitir una demoledora sentencia contra el líder petista: nueve años y medio de cárcel por corrupción pasiva y lavado de dinero. No sólo fue la primera vez que un ex Presidente fue condenado por corrupción en Brasil, sino que de paso puso en aprietos la eventual candidatura de Lula para las elecciones de 2018, ya que si la sentencia es ratificada en segunda instancia el ex mandatario quedará inhabilitado en la carrera por el sillón del Palacio de Planalto.

Moro accedió a contestar un cuestionario por escrito de La Tercera. En esta entrevista, el juez se refiere a la Operación Lava Jato, al fenómeno de la corrupción en Brasil y a las especulaciones sobre su eventual carrera política.

El pasado 28 de agosto, en Curitiba, usted fue recibido como una "estrella" en el preestreno de la película "Policía Federal, la ley es para todos ", que cuenta la historia de Lava Jato. ¿Esperaba esa recepción? ¿Cuál es su opinión sobre el filme?

No soy un crítico cinematográfico para opinar sobre la calidad de la película. La cuestión más interesante es que refleja, en el ámbito cultural, lo que yo llamaría el movimiento anticorrupción brasileño. Existe un fuerte consenso en la sociedad brasileña de que la corrupción ha alcanzado niveles alarmantes y que, a ese nivel, impacta la calidad de nuestra economía y democracia. Entonces es necesario resistir. En primer lugar, las instituciones deben funcionar y, probados los delitos, los responsables deben ser procesados. Eso ha funcionado en parte, pero avanzamos mucho en los últimos años. En segundo lugar, deben aprobarse las reformas que disminuyan oportunidades e incentivos a la corrupción. En esa parte, nuestros liderazgos políticos están al debe. Tercero, un cambio cultural en la sociedad de que la corrupción es inaceptable y representa un atraso. Esto es creciente y la película refleja la tercera vertiente, lo que es muy positivo.

Hace más de cuatro años que la Policía Federal de Curitiba descubrió una operación de lavado de activos, que dio inicio a la Operación Lava Jato. ¿El nivel de corrupción que existía en la política brasileña lo sorprendió?

En Brasil, desgraciadamente, los escándalos por delitos en la Administración Pública se suceden hace un buen tiempo. Entonces hay una percepción antigua y aún corriente de que la corrupción es profunda y esparcida. Ciertamente, los casos ya juzgados en la Operación Lava Jato, al revelar situaciones muy concretas, confieren a esa percepción una dosis de realidad y ella siempre es sorprendente y, a veces, aterradora. Ahora, es importante tener estas cuestiones también por otra perspectiva. La corrupción está siendo revelada y, cuando es probada, castigada porque las instituciones están funcionando. Aunque la corrupción descubierta nos avergüenza, no hay ninguna vergüenza en la aplicación de la ley. En el fondo, es un primer paso para la curación, al menos de la corrupción sistémica, y eso es motivo para cierto orgullo. Si persistimos en ese camino, con reducción de la corrupción, tendremos beneficios duraderos, mayor productividad de la economía, mayor calidad de la democracia y mejor autoestima como nación.

¿Usted tiene una estimación de cuánto tiempo pueden durar las investigaciones judiciales en el caso Lava Jato?

En las Cortes Judiciales, actualmente hay casos dispersos en varias localidades. En Curitiba, Río de Janeiro y Brasilia, principalmente. Y, en el Supremo Tribunal Federal, responden autoridades con el llamado privilegio del fuero. Por la ley brasileña, el Supremo Tribunal Federal tiene jurisdicción originaria sobre los delitos practicados por altas autoridades públicas, como diputados federales o ministros. Entonces un pronóstico es muy difícil. Tratándose sólo de los casos en Curitiba, centrados en los contratos de Petrobras, creo que la gran mayoría de los delitos ya fueron procesados, excluyendo aquellos beneficiarios de fuero privilegiado que responden en el Supremo. Pero no arriesgaría una previsión ni siquiera para los casos en Curitiba. Ahora bien, es bueno aclarar que las investigaciones generaron diversas acusaciones criminales y que el Ministerio Público optó por presentarlas separadas a la Justicia. Así, aunque existan casos en marcha, varios ya fueron juzgados. Tenemos, por ejemplo, a cuatro ex directores de Petrobras condenados, diversos ejecutivos de grandes contratistas ya condenados y diversos agentes políticos que perdieron el fuero privilegiado ya condenados, entre ellos el ex presidente de la Cámara de Diputados y el ex Ministro Jefe de la Casa Civil. Todos por corrupción y lavado de dinero. Varios de ellos ya cumpliendo pena de prisión.

Los sobornos pagados por las empresas constructoras Odebrecht y OAS no se limitaron a Brasil, sino que se ramificaron por América Latina. En su opinión, ¿qué factores permitieron que la trama de corrupción se extendiera por tantos países?

La globalización de la economía ha facilitado el comercio y las inversiones internacionales. Aunque esto sea, como regla general, positivo, también ha traído oportunidades para la práctica de delitos de esa misma naturaleza, internacionales, con, por ejemplo, empresas de un país corrompiendo a autoridades de otro. Si el delito es internacional, lo relevante es que los agentes de la ley puedan de manera eficaz investigarlo y reprimirlo. De ahí la necesidad de profundizar la cooperación jurídica internacional para que la aplicación de la ley tampoco encuentre fronteras o, por lo menos, que éstas puedan ser superadas por la cooperación. Por otro lado, Brasil no es el único país del mundo con graves problemas de corrupción, entonces esquemas de corrupción similares pueden ser reproducidos en otros, siempre que encuentren un ambiente propicio.

En el contexto de sus investigaciones, ¿usted descubrió algún antecedente sobre sobornos de empresas brasileñas a políticos chilenos?

Algunas empresas brasileñas involucradas en el esquema criminal, después de una fuerte resistencia, culminaron, de manera loable, al reconocer su responsabilidad, revelando sus delitos, suministrando pruebas, indemnizando a las arcas públicas y, más importante, asumiendo el compromiso de abandonar las prácticas criminales. Esta conducta es loable y debe ser incentivada, pues contribuye a mantener la empresa, lo que significa también preservar empleos y, si la promesa es sincera, contribuir a un ambiente más limpio para los negocios. Algunas de ellas, en ese proceso, revelaron que sobornaron también a autoridades de otros países. Estos casos están actualmente concentrados con el Procurador General de la República en Brasilia y sólo él puede hablar sobre ellos. Pero puedo decir que históricamente la posición de las autoridades brasileñas es de buscar cooperar con las autoridades de otros países.

¿Cuál es su opinión sobre el ex Presidente Lula? Usted lo criticó por "politizar" la Operación Lava Jato. ¿Por qué?

El ex Presidente Luiz Inácio Lula da Silva ya fue juzgado en un proceso que estaba en mis manos y responde aún a otras acusaciones. No me corresponde manifestarme fuera de los autos (judiciales) sobre casos concretos y específicos.

Lula dijo que la acusación contra él es "una farsa" y que él está siendo "condenado anticipadamente". ¿Usted puede garantizar que la investigación judicial y la condena contra Lula se ajustaron estrictamente a la ley?

Le pido excusas, pero es la misma respuesta. No me corresponde manifestarme fuera de los autos sobre casos concretos y específicos.

Algunos sectores políticos en Brasil argumentan que usted sólo está buscando la inhabilitación de Lula para las elecciones de 2018. ¿Cuál es su respuesta frente a esas acusaciones?

Le pido excusas, pero es la misma respuesta. No me corresponde manifestarme fuera de los autos sobre casos concretos y específicos.

Su nombre aparece bien posicionado en los sondeos para las elecciones presidenciales del próximo año. Incluso algunos sondeos muestran que es el único que puede derrotar a Lula. ¿Usted se ve como candidato para el Palacio del Planalto?

Ya declaré públicamente más de una vez que soy candidato sólo a proseguir en la carrera de la magistratura. No existe ninguna posibilidad de una carrera política.