La espera para los seguidores de MasterChef se acabó -y ha sido más larga de lo común- porque mañana, a las 22.30 horas, comienza la tercera temporada por Canal 13. El programa de cocina regresa con novedades, y una de las más grandes está a cargo de Sergi Arola, el español que llega a acompañar a Christopher Carpentier y Ennio Carota, luego de la salida del francés Yann Yvin.
Sergio Nakasone es el productor ejecutivo del espacio que sigue conduciendo Diana Bolocco, y aquí cuenta lo que trae el nuevo ciclo.
¿Siente muchos nervios previo al estreno?
Más que nervios, son expectativas. Obviamente, nervios uno siempre tiene, pero con tranquilidad porque sabemos que tenemos un buen producto. Sabemos que MasterChef es un producto de calidad que en cada temporada nos exige más. Sentimos que tenemos ahora la mejor temporada de las tres.
¿Por qué siente que es la mejor?
Cada vez que nos toca empezar sentimos que es más difícil. En esta instancia y con varios capítulos ya grabados, sentimos que tenemos un casting que es súper novedoso. Siempre sentimos que es imposible superar al anterior, pero acá creemos que se tocaron otras teclas que ni siquiera nosotros sabíamos que podíamos tocar. Y modificamos la mecánica para que pudieran pasar otras cosas. Otro factor fortuito de esta temporada fue la llegada de Sergi. El le da un grado de novedad al formato, le da una grado de interés, y genera otras dinámicas. Es impresionante cómo se fusionó con Chris y Ennio. Se entienden de memoria. Esto es como cuando está Neymar y Messi y llega Suárez.
Hace tiempo que usted andaba detrás de él para el espacio.
Todos saben que en la primera temporada nos costó mucho dar con el tercer jurado. Incluso antes de que llegara Yann, llamamos a Sergi y a otros cocineros internacionales, y todos nos dijeron que no. Sergi no tenía forma de venir. Ahora lo volvimos a llamar, y cuando nos dijo que era posible, yo no lo podía creer. De hecho, no lo creí hasta que viajé a Barcelona a conocerlo.
¿Sentían que era muy necesario incorporar nuevas dinámicas?
Es una exigencia nuestra, nos lo autoimponemos. Claramente, en MasterChef nunca vamos a traicionar el espíritu, pero creo que es necesario meterle nuevas dinámicas, porque el público chileno es muy exigente y pide cosas nuevas. Creo que como pocos, MasterChef aguanta varias temporadas y ojalá todo siga bien, porque yo creo que podemos hacer diez MasterChef más. Pero igual en cada temporada es necesario darle novedad.
¿Cree que la primera temporada y esta son muy distintas?
Comparar el primero a este es muy distinto. Donde más hemos mejorado creo que es en el casting. Me pasa, por ejemplo, que cuando pienso en Protagonistas de la fama, o en Mundos opuestos, sabíamos que el 50 por ciento estaba OK, y que el otro 50 por ciento era relleno. Los OK son tan potentes que te hacen olvidar los rellenos. En este casting siento que, fácil, tenemos un 90 por ciento que son protagonistas o que pueden llegar a serlo. A partir de cuarto o quinto capítulo, las eliminaciones son muy costosas. Cuesta porque son participantes que aprendemos a querer y a valorar desde lo televisivo.
¿Siente el peso de ser una de las grandes apuestas del semestre de Canal 13?
Me he acostumbrado ya porque siempre nos ha tocado bailar con la más fea. Como ya vivo la televisión ahora, no me importa el rating, no me importa la competencia. Estoy más grande. Incluso, disfruto que le vaya bien a algunos compañeros en otros canales. Obviamente uno quiere ganar, pero no estoy ni ahí con el rating, ni ahí con la competencia. MasterChef es un programa que se vende bien, que parte siendo exitoso en la parte comercial. Es obvio que cuando uno está al aire apuesta a que le vaya bien. Si bien el rating es lo que domina la industria, no me quita el sueño.