Los Ejércitos de Corea del Sur y EE.UU. comenzaron hoy sus maniobras militares anuales llamadas "Ulchi Freedom Guardian" (Guardián de la Libertad Ulchi), para mejorar su defensa coordinada frente a Corea del Norte, que criticó el ejercicio al considerarlo un "ensayo de guerra".
Más de 30.000 efectivos del Ejército de EE.UU., la mayoría de ellos estacionados en bases de Corea del Sur, participarán junto a unos 56.000 soldados surcoreanos en las maniobras, informó el Comando de las Fuerzas Conjuntas de ambos países (CFC) en un comunicado.
Los ejercicios, basados en simulacros de guerra real y asistidos por ordenador, están orientados a reforzar la operatividad, la logística y las labores de inteligencia entre los dos ejércitos y simularán, entre otros casos, la neutralización de armas de destrucción masivas norcoreanas.
"El Ulchi Freedom Guardian es un ejercicio clave para fortalecer la preparación de las Fuerzas de Corea del Sur y EE.UU.", indicó en el comunicado el comandante del CFC, James D. Thurman, que destacó que las maniobras "se basan en escenarios realistas".
Estas también tratan de allanar el camino para que Corea del Sur asuma en 2015 el mando militar conjunto en tiempos de guerra, que de momento encabeza Estados Unidos.
Observadores neutrales de las Naciones Unidas supervisarán el ejercicio para confirmar que no viola el acuerdo de Armisticio que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53) y que establece los límites entre Norte y Sur, enemigos desde entonces, en materia de defensa.
Además, la Comisión del Armisticio Militar del Comando de la ONU informó en julio a Corea del Norte de las fechas de ejercicio y su naturaleza "no provocativa".
Sin embargo, como cada año Corea del Norte ha denunciado estas maniobras conjuntas, que considera un ensayo de guerra.
La agencia norcoreana KCNA informó ayer que el líder Kim Jong-un otorgó el título de héroe nacional al destacamento militar fronterizo que en noviembre de 2010 lanzó un ataque de artillería sobre la isla surcoreana de Yeonpyeong, en el que murieron dos civiles y dos soldados del Sur.
En su visita al destacamento, Kim animó a los soldados a luchar en una "guerra santa por la reunificación nacional" y a "convertir el Mar Occidental (Mar Amarillo) en la tumba de los invasores" como respuesta a las supuestas provocaciones de Corea del Sur y EE.UU..