Don Draper (Jon Hamm) lee el Infierno de Dante en una playa de Hawai, mientras su esposa, Megan (Jessica Paré), toma sol al lado. El entorno es soñado, ella no para de hablar y está feliz, porque ahora tiene una fama incipiente como actriz de teleseries y le piden autógrafos. La aparente felicidad, eso sí, contrasta con siete minutos de capítulo en que Don Draper no pronuncia una sola palabra. Y con esa sutileza -y la lectura de La divina comedia- deja entrever que el atribulado protagonista de Mad men no está en paz. Que su aventura con agencia propia, el fantasma de su hermano y su nueva mujer lo tienen atribulado. Una vez más.
Así parte el primer capítulo de la sexta temporada de una de las dos mejores series norteamericanas de los últimos años -la otra es Breaking bad-, que se estrenó el domingo en el canal AMC, de Estados Unidos, con un rating de 3,4 millones de televidentes, levemente más bajo que el ciclo anterior (el inicio de la quinta temporada reportó 3,5 millones), y develando al fin parte de los misterios que tendrá este año la apuesta, que en Chile se estrena el lunes 22, a través de la TV de pago, por HBO.
El regreso de la serie sobre un grupo de publicistas, con un episodio de 93 minutos, está ambientado a fines de 1967 y muestra cómo los personajes principales están en conflicto: la aparente luna de miel de Don Draper y Megan en Hawai -que, en rigor, es un viaje de trabajo de él- no es real, porque se insinúa la que será la nueva amante de él (interpretada por Linda Cardellini, la enfermera Samantha Taggart de E.R.), mientras su esposa más parece preocupada de su carrera.
En tanto, Peggy Olson (Elisabeth Moss), la ex favorita de Draper, ahora trabaja en una agencia de publicidad de la competencia y está bajo presión con una nueva campaña, mientras la ex esposa del protagonista de la serie, Betty (January Jones), continúa tan absorta en sí misma y la hija de ambos sigue sus pasos.
"Cuanto más prolongas una serie, más difícil es, y no quiero repetirme", ha dicho el creador de la serie, Matthew Weiner, sobre la razón por la que ya ha anunciado que la producción tendrá siete temporadas y finalizará en 2014. La anterior fue difícil: por primera vez, la crítica no fue unánime en los elogios y, también por primera vez, no ganó el premio Emmy a Mejor Serie Dramática (acumula cuatro trofeos en ese apartado y 15 en total) y fue superada por la debutante Homeland. Aunque acaba de estrenarse y las críticas oficiales todavía no aparecen, en los foros los comentarios de los seguidores de la serie han sido mayoritariamente favorables para el inicio de la sexta temporada.
"Pasan muchas cosas, y hay muchas tramas y muchas cosas interesantes que le ocurren a la personalidad impulsiva de Don", ha resumido Weiner sobre el actual ciclo, que tiene como telón de fondo el movimiento de derechos civiles llegando a su clímax, la oposición a la guerra de Vietnam, y los asesinatos de Martin Luther King y Robert Kennedy. Una tensión que también ronda en la serie que está de regreso.