La ciudad de Shanghai lanzó esta semana una campaña para impulsar el uso del mandarín en la metrópoli, donde la mayoría de los habitantes habla un dialecto propio. 

La razón de esta medida es la Exposición Universal de 2010, que se realizará en la urbe, y en la que se espera la visita de 70 millones de turista, la mayoría chinos de otras provincias cuya lengua oficial es el mandarín.

En los anuncios de radio y televisión, las autoridades de la ciudad advierten de que el uso del dialecto shanghainés es incivilizado, atrasado y no apto para su uso en público.

En China se hablan cientos de dialectos, pero sólo el mandarín es oficial, y está basado a su vez en el dialecto de Beijing y otros del norte de China, muy diferentes de los hablados en otras partes del país.

Según el rotativo, el tono de los anuncios recuerda al utilizado por las autoridades en otras campañas dirigidas a acabar con costumbres como salir a la calle en pijama o escupir en la calle.