María Sharapova podría recuperar el primer lugar del ranking femenino en este Abierto de Australia. Sin embargo, eso no es lo que más preocupa en la Asociación Femenina de Tenis Es que la entidad administradora del tenis de mujeres buscará regular los gritos y aullidos de las competidoras, debido a la mala imagen que dan al circuito y las burlas que deben soportar las deportistas.

"¡No querrías estar en la habitación contigua a la de Sharapova en su noche de bodas! ¡El ruido te enloquecería!", comentó en su Twitter el afamado relator deportivo australiano Glenn Mitchell, tras el duelo entre Sharapova y Makarova por cuartos de final del torneo. Comentarios como esos son los que la WTA quiere evitar, por lo que se ha propuesto "Re-educar" a sus tenistas.

"Estamos actualmente en un proceso de explorar cómo reducir los gritos excesivos, en especial para las jugadoras jóvenes que están empezando, sin afectar a aquellas jugadoras que hayan desarrollado sus carreras con los actuales métodos de entrenamiento y reglamento", confirmó la entidad.

La noticia no cayó muy bien en algunas de las sindicadas como "gritonas" dentro de la competición. María Sharapova, una de las más criticadas y que se ha hecho famosa por esta característica, se molestó al enterarse que su oponente en la ronda previa, la polaca Agnieszka Radwanska, se habia quejado por estos ruidos.

"¿Que acaso ella ya no volvió a Polonia? Por el momento no hay cambio de reglas. No escucho que vaya a haber uno", declaró la rusa, molesta.

El problema no es nuevo en el tenis femenino, y fuera de que pueda incomodar a algunos espectadores, causa preocupación por la imagen que otorgan las burlas a la "marca" del circuito WTA. Los chistes respecto a los gritos de las tenistas han  llegado hasta las propias competidoras, que se ríen de sus colegas. La danesa Caroline Wozniacki y la belga Kim Clijsters ya se burlaron alguna vez de tanto grito durante una exhibición en 2011.

Incluso los medios que cubren el Abierto de Australia se han burlado del asunto. En el periódico australiano "The Age" de hoy esboza una explicación para el descontrol: "El fenómeno fue impulsado en secreto por el departamento de marketing de la WTA, que espera mantener despiertos a los espectadores durante los partidos de las rondas iniciales", publicó con ironía el medio.