Incluso con ocho de las diez primeras del mundo en el cuadro principal, una jugadora sin preclasificación capta toda la atención en un torneo en superficie de arcilla esta semana.
Beneficiada con una invitación de los organizadores que ha sido muy cuestionada, Maria Sharapova se reincorporará al circuito cuando mañana haga su debut en el torneo de Stuttgart (ante Roberta Vinci), menos de 24 horas después de cumplir los 15 meses de suspensión que cumplió por dopaje.
La campeona de cinco grandes y ex número uno del mundo tendrá que comenzar de cero para subir en el ranking, ya que solo los resultados de los 12 meses previos son los únicos válidos en el escalafón de la WTA.
Con Serena Williams y Madison Keys como las únicas Top 10 ausentes, el torneo bajo techo arranca con Sharapova y otra polémica. El wildcard conferido a las tres veces campeona en Stuttgart no sorprendió a nadie: la rusa ha sido embajadora comercial de la empresa automotriz que patrocina el torneo.
Los organizadores de torneos en Madrid y Roma emularon el ejemplo de Stuttgart. Pero los responsables del Abierto de Francia han decidido esperar hasta la semana que comienza el 15 de mayo para tomar una decisión definitiva sobre si le otorgan una invitación a la campeona de Roland Garros en las ediciones de 2012 y 2014.
La invitación dada a conocer en enero ha generado una discusión de ya lleva tres meses, sin dar señales de aquietarse. Caroline Wozniacki consideró que es una "falta de respeto a las demás jugadoras".
Dominika Cibulkova, Agnieszka Radwanska y Andy Murray también se pronunciaron en contra de wildcards a tenistas que cumplieron sanciones por dopaje.
Sharapova recibió una suspensión inicial de dos años al dar positivo por la sustancia meldonio en el Abierto de Australia el año pasado. Apeló ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo y logró que fuera reducida a 15 meses. El TAS dictaminó que Sharapova no tuvo "mucha culpa" en el caso y que no se le debía considerar que se dopó en forma "intencional". Sharapova consumió meldonio durante varios años y pasó por alto la comunicación de la Agencia Mundial de Antidopaje al añadir la droga a su lista de sustancias prohibidas a partir del 1 de enero de 2016.