"¡Uhhh!" parte gritando María Sharapova desde el primer saque y no paró más hasta que pulverizó a la ex polola de Fernando González, la argentina Gisela Dulko, en esta guerra de glamour en que se convirtió el partido de exhibición de la tenista rusa. La rubia de 22 años apareció con un minivestido Nike azul y amarillo con delgados tirantes y juego de cadena y aros de oro. Mientras que Dulko optó por una pollera ultra corta, top guinda y cintillo de Lacoste. Los admiradores de Sharapova entraban a las tribunas con vasos de whiksy Jack Daniel's on the rocks que habían sacado de los numerosos vips para clientes de telefonía, autos y de agua mineral. Y suspiraban y disparaban sus flashes en el Parque Araucano.

Estaban desde Farkas que llegó, se enojó porque no le encontraron asiento altiro y se fue taimado y reclamando antes del inicio del match, con su esposa de blanco siguiéndolo junto al joyero Ernesto Mosso todo desesperado ante la pataleta de su amigo, hasta rubias con tacos de siete centímetros que pensaban que iban a una discoteca.

Sharapova mostró su tremendo revés de dos manos de devolución cruzado. Hizo su juego. Y se le hizo fácil porque Dulko estuvo errática, con muchos tiros largos y a la malla. En el segundo set bastó un quiebre para llevarse el set y el partido, por 6-1 y 6-3. "Pega a la pelota como los dioses, una diva con todas las letras", comentaba Horacio de la Peña. Ensoñado.

La invitada estelar había comenzado el día sin los tacos vertiginosos ni los vetidos caros que usó en el desfile Cachantun Fashion. Apareció de polera y pantalón deportivo para reunirse con niños de Coaniquem y encender la luces del Arbol de Pascua gigante del Hotel Grand Hyatt. Junto a Angélica Castro, la rusa lanzó la nueva campaña de la corporación que ayuda a las víctimas de quemaduras. Después personeros relacionados con su estada en Chile le regalaron un reloj Tag Heuer y dos libros turísticos. La deportista también se reunió con sus admiradores preadolescentes en una clínica de tenis donde los niños estaban que no daban más pidiéndole autógrafos.

Sharapova opinó que la mejor tenista del momento es  la estadounidense Serena Williams, "por todo lo que ha hecho". Y cuando un reportero la comparó con Anna Kournikova, otra jugadora rusa que mezcla triunfos y una imagen sensual, aseguró que prefiere que no las comparen. "No creo que sea bueno", afirmó. Breve pero definitiva.

Más tarde le confesó a Luis Jara hablando en inglés que "soy fácil de enamorar... Me enamoro todo el tiempo", en una entrevista que emite esta noche Mucho Lucho, en Mega. Contó que su novio ideal tiene que ser "más alto que yo, que me regalonee, me entienda y que sea relajado. Que no me presione y tenga sentido del humor". Tan educada como en toda la visita que termina hoy, aseguró que "no me siento sexy, para nada". Y cuando Jara le consultó por el ringtone de celular que existe con sus  expresiones cuando juega, esas que repitió anoche en Las Condes, ella simplemente respondió que "no, eso no es verdad". Evitando el tema.