En su tercera edición, a partir del 6 de marzo, el Chile Classic cumplirá con uno de los anhelos que tenía la organización, contar con un campeón de un major en el torneo. El elegido es el estadounidense Shaun Micheel, ganador del PGA Championship 2003. Con un palmarés particular, ya que ese torneo es el único que posee en el PGA, el jugador habló con La Tercera de su participación con el cartel de máxima figura del certamen nacional.
¿Qué le parece la opción de jugar el Chile Classic?
Esta será mi tercera vez en Santiago. A principios de los 90, fui a jugar con Charlie Rymer, Brandel Chamblee y Briny Baird. Estoy muy agradecido de la invitación que me han dado para estar en el torneo, donde buscaré hacer nuevos amigos y competir, una vez más, al más alto nivel.
Por su logro en el PGA Championship, se convierte en el jugador con el palmarés más ilustre que ha estado en el torneo, ¿qué opinión le merece?
Estoy muy orgulloso de mi major. Mi trayectoria profesional me ha llevado por el camino de la humildad. No veo mi carrera como algo extraordinario, aunque ha habido momentos increíbles en el camino. Estoy emocionado por compartir mis experiencias en Chile.
¿Qué significado tiene el torneo en su planificación del año?
Muchos de nosotros hemos tenido un largo receso y estamos ansiosos por volver a la alta competencia. El Web.com Tour ha hecho un gran trabajo en seleccionar eventos en Sudamérica. Como alguien que ha jugado en 25 países, la distancia puede tener algún efecto en los jugadores, pero la emoción de comenzar un nuevo año existirá en todos nosotros.
¿Tiene alguna referencia del golf nacional y latinoamericano? Un chileno, Benjamín Alvarado, jugará el PGA Tour este año, ¿qué le parece?
El crecimiento del golf en Centro y Sudamérica me ha sorprendido. Ha habido muchos casos de éxito, incluyendo victorias en todo el mundo e, incluso, un campeón del Masters como el argentino Angel Cabrera. Creo que a Benjamín le irá bien, siempre y cuando se acuerde de todas las grandes cosas que ha hecho para llegar al Tour. Espero que sus fans le den la opción de crecer como jugador y aceptar que el éxito temprano no es garantía.
¿Cómo evalúa su particular carrera golfística? Un torneo ganado y nada menos que un major...
Sin duda el PGA Championship destaca. Tengo victorias en mini tours, gané el Abierto de Singapur 1998 del Tour Asiático, un torneo del Web.com en Greensboro 1999 y fui segundo en el PGA Championship 2006, donde perdí en el desempate contra Tiger Woods. Creo que es lamentable que muchos vean mi carrera como incumplida. Tuve una cirugía reconstructiva de hombro en 2008, esclerosis múltiple en 2011 y algunas otras lesiones que han reducido algunas de las cosas que esperaba lograr. Todavía tengo un buen número de años antes de retirarme, y trabajo duro para volver a competir con los mejores del mundo.
¿Siente una expectativa distinta sobre usted cuando juega, dado el major ganado?
Por supuesto que sí. Cuando gané ese torneo supe que mi vida cambiaba para siempre. La mayoría de los campeones más importantes han tenido mucho éxito en el Tour antes de ganar su major, pero yo había jugado en el PGA Tour durante cuatro años y no tenía victorias. Era sólo el tercero de mi carrera y no tenía idea de que podía jugar tan bien como lo hice durante esa semana. Por desgracia, no estaba preparado para manejar el escrutinio de mí o de mi juego. Desde hace poco que he estado en condiciones de aceptar mi victoria. Hay muy pocos que siquiera entienden lo que significa llevar esa carga. Quiero ganar de nuevo, seguro. Estoy trabajando duro en mi juego y en mi actitud. Los que critican nunca conocerán la sensación de golpear uno de los mejores golpes que jamás se han visto en el último hoyo de un major.
¿Es el Chile Classic la ocasión ideal para terminar esa sequía?
Estoy trabajando duro en mi juego. Estoy en Florida preparándome para lo que espero será un año muy productivo. Realmente, no me fijo metas orientadas al resultado, pero una victoria es una deuda que tengo hace mucho tiempo. Estoy muy agradecido de la organización por ofrecerme una invitación. Muchos directores de torneo ni siquiera tienen la cortesía de responder a mis peticiones. Espero que se me dé la oportunidad de ganar y ser capaz de decir gracias en persona.