A estas alturas, el remake de Beverly Hills 90210, titulado sólo con los números, ya se ha ganado un nicho propio y los críticos le reconocen una identidad propia. Pero eso no quita que los arquetipos de la original estén presentes. Y a la actriz canadiense de 20 años Shenae Grimes le tocó la tarea de llenar los zapatos del personaje más recordado de la serie noventera, Brenda, interpretada por Shannen Doherty. Así, ambas se encargaron de la chica buena e ingenua que se cambia a vivir al lujoso Beverly Hills de un día para otro
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Y hasta ahora Grimes ha salido airosa de la prueba, coincidentemente, con la ayuda de Doherty. "Ella me apadrinó cuando participó en los primeros capítulos de la serie, y fue el momento en el que más necesitaba consejos. Shannen fue un gran apoyo y mi favorita de los actores originales que aparecieron", dice la actriz, al teléfono desde Los Angeles a La Tercera.

Eso sí que Grimes no pudo sacar mucha inspiración de Brenda: cuando comenzó Beverly Hills, ella tenía sólo un año y, cuenta, era su madre la fanática de la serie. "Cuando me dijeron que iba a ser una de las protagonistas no lo podía creer", asegura.

Igualmente, los paralelos con el papel de Brenda no se terminan. Porque como pasó en la primera versión, la chica ingenua no se demora en sacar las garras. En la segunda temporada, que actualmente emite el canal Sony (señal 32 de VTR y 503 de Movistar) los martes a las 23 horas. Annie tienen un novio con malas intenciones, está dada a los excesos y guarda el secreto de que atropelló a una persona en la noche de la graduación y huyó. "Este giro es muy agradable porque  al final de la temporada pasada, hasta yo estaba harta de mi sonrisa", reconoce riendo. Y agrega que: "No pensé que  los productores me dejaran ir a esos  lugares más extremos. Es un desafío como actriz y un retrato más honesto de una adolescente. Espero hacerle justicia".
 
Sobre el buen momento de audiencia y crítica que pasa el programa, Grimes opina que se debe a que finalmente encontraron su identidad y que ahora los productores saben exactamente a dónde van y no lo deciden día a día como al principio. "Creo que la audiencia sabe mejor qué es el programa", apunta.
Y a Grimes también le tocó el lado ingrato de la fama, que convirtió a Doherty en una de las chicas terribles de la industria: al principio del show, se rumoreaba que sufría de anorexia. "Fui a la que le tocó más duro. La gente trató de ponerme como esos malcriados Hollywood, que no soy para nada", explica, y dice que aunque al principio evitó figurar, ahora ya aprendió que es "parte del juego. Mantuve mi cabeza bien puesta, seguí, y ahora estoy bien", resume.