Si durante generaciones la modestia fue considerada una virtud y, para las mujeres, un deber sagrado, imprescindible para no espantar a los "hombres de bien" que podrían llevarlas al altar, la valoración de esta "honorable" actitud ha comenzado a cambiar. En especial en las nuevas generaciones de jóvenes y adultos que se incorporan al mundo del trabajo. En un mundo hiperconectado, donde las redes sociales tienen el potencial de elevar a la fama a cualquier desconocido que logra vender bien una marca o una imagen, la modestia ha comenzado a entrar en franca retirada.

Encuestas en Gran Bretaña y Estados Unidos prueban que en las nuevas generaciones la modestia no es bien valorada. Todavía más, se asocia a defectos, como la timidez y no con una virtud que enaltece a quien la utiliza en su vida diaria. Un estudio de la firma Catalyst, por ejemplo, revela que los jóvenes de entre 18 y 30 años consideran que la autopromoción es el elemento individual que más ayuda a conseguir el éxito, por encima incluso de factores como la inteligencia, el talento y la dedicación.

Puede parecer poco sensato, incluso frívolo o descabellado, pero tiene sentido cuando consideramos que las redes sociales constituyen hoy el principal destino en internet para los jóvenes cibernautas, superando incluso a favoritos de antaño como la pornografía. En estas redes, saber venderse es vital para conquistar nuevos seguidores o ganar cientos de amigos, situación que las nuevas generaciones llevan también al mundo al real para materializar sus ideas y proyectos.

MANDA LA EXTRAVERSION
No por nada los estudios muestran que la mayoría de los gerentes de empresas no son precisamente personas modestas que han alcanzado posiciones a fuerza de su pura genialidad. Sí, sin duda tienen aptitudes especiales, pero uno de los rasgos de personalidad que más se repiten en ellos es la extraversión. Grandes CEO como Larry Ellison, de Oracle, Steve Ballmer, de Microsoft o el recientemente fallecido Steve Jobs, de Apple, han dirigido y levantado industrias completas gracias a su habilidad para vender una marca.

Un estudio dado a conocer por investigadores de la escuela de negocios de la U. de Notre Dam y Michigan, por ejemplo, señala que el carisma es el rasgo de personalidad que mejor predice la capacidad de liderazgo en una persona. Y claramente un individuo carismático no destaca precisamente por su modestia, aclara este estudio.

Incluso, el conocido sicólogo y escritor Daniel Goleman, quien consolidó y popularizó el concepto de inteligencia emocional, señala en un artículo publicado en la Revista Harvard Business Review que el coeficiente intelectual (CI) es importante hasta cierto umbral: una vez que se llega a una posición, o se accede a un trabajo, donde pueden existir muchas otras personas inteligentes, el saber venderse puede ser un aspecto fundamental para marcar la diferencia.

GENERACION RED SOCIAL
Pero así como los gerentes de empresas pueden "mostrar al mundo" lo que hacen, gracias a las redes sociales los jóvenes de hoy tienen una posibilidad de exposición que las generaciones previas no tenían. Un estudio dado a conocer la semana pasada en Gran Bretaña por la firma de investigación Catalyst, señala que la "autopromoción" es la forma más efectiva para el éxito de los jóvenes, en especial de las mujeres, que deben competir de igual a igual con los hombres en las empresas modernas.

La investigación señala que tener una cuenta exitosa en Twitter o un perfil con muchos amigos en Facebook revela ante los demás la imagen de una persona socialmente exitosa, cuya "marca personal" resulta atractiva para muchas personas. Un encuesta realizada en la U. de Sussex, también en Gran Bretaña, muestra que el 67% de los jóvenes entre 18 y 30 años cree que saber venderse es más importante que tener capacidad o ser inteligente para encontrar un buen trabajo.

Incluso en la compañía británica Shapire Partner, especializada en la promoción de talentos, señalan que la modestia sólo debe ser utilizada por las jefaturas cuando se quiere destacar el trabajo de un equipo. Por ejemplo, cuando un jefe quiere motivar el trabajo de sus subalternos, señalar que "la meta cumplida" fue lograda gracias al "trabajo de todos", puede ser un elemento altamente motivador.

Catalyst concluye que estamos en presencia de un profundo cambio valórico que se relaciona también con el mayor narcisismo que manifiestan las nuevas generaciones. La última Encuesta Nacional en Estados Unidos señala que uno de cada seis jóvenes en ese país presenta algún rasgo narcisista, cifra que disminuye a 3% entre los mayores de 65 años, pero que sube hasta el 10% entre los veinteañeros.

En su libro "La Epidemia del Narcisisimo", las sicólogas estadounidenses Jean Twenge y W. Keith Campbell señalan que la masificación de sitios como Facebook y Twitter alientan a las personas a autopromocionarse, mostrando imágenes y videos de sí mismos constantemente. Y aunque es cierto que hablamos de una exaltación más bien narcisista, como hacen ver las especialistas, el estudio británico asegura que no todo es negativo: "Quienes utilizan estas herramientas, no sólo tienen mayor probabilidad de encontrar un buen trabajo o ascender, sino también de tener amigos o encontrar una pareja", aseguran.