Paola Vinciguerra, presidenta de la Asociación Europea sobre Trastornos por Ataques de Pánico (Eurodap) consideró "fundamental no abandonar al grupo,  manteniendo un contacto continuo" con los 33 mineros atrapados y sus familias, quienes aún permanecen en el yacimiento San José, a la espera del recate de sus seres queridos.

Es preciso mantener el "contacto continuo, sobre todo con las familias, a través de mensajes visuales y auditivos para aliviar esta fuerte emoción causada por el 'efecto-tumba' en donde se encuentran", explicó.

En el tiempo que permanecerán bajo 700 metros, la especialista asegura que "es posible que se desencadenen conflictos y agresividad, además de rabia y abatimiento". Por lo tanto, según Vinciguerra "es muy importante la cohesión del grupo".

Para la especialista el monitoreo continuo en "presencia de un sicólogo de la otra parte" podría servir de ayuda al grupo.

Cuando salgan, los mineros "serán seguidos sicológicamente y  rehabilitados con la nueva técnica EMDR, un instrumento capaz de reactivar la funcionalidad cerebral cuando el cerebro se bloquea frente a un trauma. Es una nueva frontera usada en Estados Unidos para los veteranos de la guerra de Vietnam, que ayuda al cerebro a metabolizar y superar los eventos traumáticos".