Dos días antes de la entrega de los premios Oscar, los directores de Siempre Alice tuvieron que cambiar los planes de fin de semana. Los impecables tuxedos regresaron a sus closets y los discursos volvieron a los cajones del velador: Richard Glatzer, uno de los realizadores, había sufrido una crisis respiratoria relacionada con la enfermedad degenerativa que lo afecta hace cuatro años. El y Wash Westmoreland, su compañero sentimental y laboral, vieron la ceremonia en que Julianne Moore obtuvo el Oscar a Mejor Actriz en un televisor de un hospital de Los Angeles. Unas pocas horas antes, Glatzer había sufrido un paro cardíaco del que salió indemne tras cinco intentos de resucitación.
La historia de Glatzer y Westmoreland es, con seguridad, tan dramática como la que se ve en su película Siempre Alice, que mañana se estrena en salas locales. Esposos desde el 2013 y pareja desde que se conocieron en una fiesta en 1995, los realizadores lograron rodar Siempre Alice en apenas 23 días del 2013, siempre luchando contra las adversidades de la esclerosis lateral amiotrófica que aqueja a Glatzer. En el momento más crítico de la filmación, el director sólo se comunicaba a través de lo que podía escribir en un Ipad con el dedo gordo del pie derecho. Irónicamente, en la ceremonia del último Oscar la estatuilla a Mejor Actor se la llevó el protagonista de La teoría del todo, basada en la vida del más célebre de los pacientes con esclerosis amiotrófica: Stephen Hawking.
El filme de Glatzer y Westmoreland, ganadores en Sundance 2006 por la cinta Quinceañera, se basa en el bestseller homónimo de la neuróloga Lisa Genova, quien escribió sobre el Alzheimer tras contemplar el deterioro de su abuela. La novedad de la narración, lanzada en Chile por Ediciones B, fue el cambio de edad. Su historia no es sobre ancianos, sino que acerca de una mujer de 50 años que aparentemente está en la plenitud de sus facultades mentales.
Profesora de psicología cognitiva en Harvard y autoridad mundial en lingüística, Alice Howland (Julianne Moore) lo tiene básicamente todo: seguridad financiera, una familia ideal (Kristen Stewart interpreta a una de las hijas y Alec Baldwin al esposo) y un prestigio bien ganado.Las sombras emergen cuando súbitamente comienza a olvidar nombres, calles, direcciones y un día aciago se pierde en el campus de la universidad que ha transitado cientos de veces.
Película elogiada sobre todo por la actuación sutil de Julianne Moore, Siempre Alice alcanza un ineludible nuevo significado al considerar que uno de los propios creadores sufre una enfermedad degenerativa.