A siete años del día que cambió la vida de Salvador Cabañas
Quien era hasta 2010 una de las grandes figuras del fútbol mexicano estuvo al borde de la muerte. Ahora está alejado del profesionalismo y en su natal Itaguá.
Se preparaba para disputar su segundo Mundial, era la gran figura del fútbol mexicano y, con 30 años, vivía un momento extraordinario. Sin embargo, en la madrugada del 25 de enero de 2010, su vida cambió para siempre.
Salvador Cabañas era, para muchos que lo conocieron, un tipo de bajo perfil. Llegó tímidamente a Audax Italiano en 2001 desde Guaraní. Fue comprado por 220 mil dólares al 12 de octubre. Tuvo que sobreponerse a una rotura de ligamentos que complicó su primer año, pero después se fue poniendo al día.
Su extraordinaria campaña entre 2002 y 2003, lo puso en la órbita del fútbol mexicano y la selección paraguaya. En Jaguares de Chiapas se convirtió en el máximo goleador del club con 50 tantos, lo que lo llevó al más grande del país. El América compró su pase, le ganó el puesto a varios pesos pesados y la rompió. Fue artillero de dos ediciones de la Copa Libertadores (2007 y 2008), y se convirtió en una de las estrellas del fútbol azteca. Además, ya era un titular fijo en la selección de Paraguay, de la que fue pieza importante para clasificar a Sudáfrica 2010.
Sin embargo, este Mundial no pudo conocer de su talento. A principios de año sufrió un atentado en una discotheque en Ciudad de México. El acusado fue el narcotraficante José Jorge Balderas Garza, aunque nunca se ha aclarado los motivos de su disparo.
Lo único concreto es que Cabañas no pudo ser el mismo. Con una bala alojada en el cerebro, intentó volver a jugar en divisiones menores. Pero ya nada fue lo mismo. Ahora, lo último que se supo del otrora goleador audino, es que ayuda en la panadería familiar en Itaguá, su ciudad natal. Una historia que cambió rotundamente por una bala que apareció hace siete años.
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