Al menos siete civiles afganos murieron y otras 91 personas resultaron heridas hoy en Afganistán, después de que un atacante suicida activara una bomba en el centro de Kabul, frente al cuartel general de las fuerzas internacionales de la ISAF, informó el Ministerio del Interior afgano.
La ISAF, nombre de la misión auspiciada por la OTAN, señaló que entre los heridos hay "varios" soldados extranjeros de sus tropas. Además, resultaron heridos cuatro miembros de las fuerzas de seguridad afganas y una diputada del Parlamento.
Antes, la emisora afgana Tolo TV había informado que entre las víctimas se encontraban ocho extranjeros. El atentado se produjo en el barrio Wasir Akbar Khan, en el que hay varias representaciones diplomáticas.
Los rebeldes talibanes reivindicaron el atentado. Un portavoz de los insurgentes señaló que un atacante suicida de nombre Ahmad hizo estallar un vehículo Toyota cargado con 500 kilogramos de explosivos.
El ataque mató al menos a 25 extranjeros, agregó el portavoz talibán, entre ellos varios soldados de la misión de la OTAN en Afganistán y diplomáticos de la embajada de Estados Unidos, ubicada en Wasir Akbar Khan, al igual que el cuartel central de la ISAF y la sede del gobierno del presidente afgano Hamid Karzai.
Las informaciones de los talibanes, sin embargo, son consideradas poco fiables, ya que en el pasado se pudo comprobar a menudo su falsedad.
De acuerdo con el relato de testigos, la virulencia de la explosión provocó la rotura de ventanas en un radio de más de 100 metros. Decenas de vehículos quedaron calcinados. Una densa nube de humo negro se elevaba sobre el área.
En cinco días se celebrarán las elecciones presidenciales en Afganistán. Los talibanes llamaron a boicotear los comicios y amenazaron con atentados en todo el país.
Para garantizar un desarrollo normal de las elecciones, se ha puesto en marcha una operación en la que participan más 200.000 soldados afganos, además de otras 100.000 tropas extranjeras de 42 naciones. Sobre todo en Kabul se han reforzado drásticamente las medidas de seguridad.
Los insurgentes habían atacado hace apenas una semana la capital afgana con cohetes. Varias personas resultaron heridas.