El Servicio de la Policía de Irlanda del  Norte (SNPI) reportó la tercera noche de violencia en las calles de Armagh, al oeste de Belfast, que concluyó con detenidos y daños materiales en la zona.

Los disturbios comenzaron la semana pasada, después de que tres republicanos fueron sentenciados a prisión por un plan de ataque con bomba para asesinar a miembros de la Policía.

El sábado por la noche se registraron incidentes en los barrios de Lurgan y Cragavon, dos enclaves de grupos republicanos, nacionalistas y católicos.

La Policía teme que grupos extremistas puedan estar planeando ataques para el martes, cuando asuma el nuevo jefe del SNPI, Matt Baggot.

Como respuesta directa, las autoridades lanzaron el "Operativo Dissent", que pondrá más policías en las calles y más puestos de control en Irlanda del Norte.

Durante los hechos de violencia, grupos de manifestantes  secuestraron y quemaron camionetas que dejaron sobre la línea principal ferroviaria que une Belfast con Dublín.

En un comunicado, el SNPI indicó que el operativo "es una medida necesaria para prevenir que aquellas personas con intenciones asesinas se salgan con la suya".

La semana pasada, la Policía desactivó una bomba de 272 kilogramos en el poblado de Forkhill, en el sur de Armagh, que según las autoridades estaba dirigida a asesinar a agentes  policiales.

Los republicanos disidentes no habían estado involucrados en actos de violencia desde el asesinato de dos soldados y un policía en marzo pasado en el norte de la isla.

Sin embargo, el SNPI advirtió que la amenaza de dichos grupos sería mayor ahora que en los últimos cinco años.