Faltaba poco para que el reloj marcara las 22.00 del lunes en Madrid cuando Francisco Solar y Mónica Caballero aparecieron en el Aeropuerto Barajas de la capital española.
La pareja de chilenos, condenada a cuatro años y seis meses de cárcel por detonar una bomba en la Basílica del Pilar de Zaragoza, el 2 de octubre de 2013, finalmente regresaría al país tras ser expulsada por la justicia hispana luego de cumplir un tercio de su pena.
"Nos dio la impresión de que estaban contentos por venir a Chile", explicó este martes Miguel Gil López, el jefe del grupo del Servicio de Expulsión de Delincuentes Extranjeros de la Policía Nacional de España, encargado de traer a Solar y Caballero.
El oficial agregó que una vez que los sacaron de las respectivas cárceles donde estaban recluidos, fueron llevados al aeropuerto para luego ser subidos al avión número 6833 de Iberia.
"Por un tema de protocolo, los primeros en entrar a la nave fueron ellos y los sentamos en las últimas filas", comentó el policía, quien añadió que cada uno estuvo acompañado de dos funcionarios. "Cuando recién subieron hablaban entre ellos de cómo fueron los días que estuvieron en prisión, de los diferentes contactos que habían tenido y de los conocidos en común que hicieron. Pero durante el vuelo evitaron conversar", afirmó el oficial.
Eso sí, reconoció que ambos les preguntaron cuánto demorarían desde España a Chile y a qué hora estarían en Santiago.
Consultado por si el matrimonio -que pidió casarse mientras estaba tras las rejas- había viajado esposado, Gil lo descartó.
"No está permitido que una persona viaje esposada. Se pueden poner lazos de tela o algún otro material de fácil extracción en caso de que haya un accidente, pero en este caso la pareja viajó sin ninguna restricción", agregó.
Una vez que el avión tocó la losa del aeropuerto Arturo Merino Benítez, los cuatro policías, además de Solar y Caballero, debieron esperar que todos descendieran de la nave para salir de ella.
"Salimos del avión y se los entregamos a la PDI. Fue todo muy rápido, así que no tuvimos tiempo de despedirnos de ellos", dijo Gil.
Mutismo inicial
Pero la buena disposición que tuvo el matrimonio antes y durante el viaje cambió al arribar a Chile.
Según un testigo, ninguno de los dos quería responder a las preguntas que les hicieron los funcionarios de Policía Internacional en la terminal aérea, porque aseguraban que su abogado les había dicho que mantuvieran silencio.
Sin embargo, una vez que los efectivos de la PDI les explicaron que era un procedimiento normal y de rutina para las personas que habían sido expulsadas de un país, accedieron a responderlas.
"Una vez que llegan al aeropuerto son recepcionados por funcionarios de la PDI, quienes constatan la documentación que traen, les hacen un control de identidad y revisan que no haya situaciones pendientes con la justicia chilena", sostuvo el jefe de la Prefectura Policial Internacional Aeropuerto, subprefecto Bernardino Cárdenas, de la PDI.
Tras sortear el procedimiento de rigor, Francisco Solar y Mónica Caballero pudieron salir sin inconvenientes de la unidad policial.
Afuera los esperaban amigos y familiares, quienes los recibieron con besos y abrazos. Todo ello ante el asedio periodístico.
De hecho, era tanta la prensa que esperaba a los jóvenes, que sus cercanos se vieron obligados a rodearlos para que pudieran subir a un ascensor.
Pese a eso, en el tercer piso de la terminal aérea otro grupo de periodistas y camarógrafos esperaba a la pareja, lo que hizo que a ratos el ambiente se volviera tenso. No obstante, el tema no pasó más allá de algunos empujones, antes de que el matrimonio subiera a un automóvil que supuestamente los llevó a Viña del Mar.
Sin causas en Chile
El subprefecto Cárdenas subrayó que Solar y Caballero "no tienen ningún impedimento de entrada (ni tampoco alguna solicitud pendiente) por parte del sistema judicial chileno. Por lo tanto, ellos ingresaron libremente al país".
La información también fue replicada por el ministro del Interior, Mario Fernández, quien dijo que la pareja no tiene "ninguna causa pendiente con la justicia".
Por lo tanto, agregó que "no deben tener en ningún caso un trato distinto que cualquier persona; en Chile hay igualdad ante la ley".
Y respecto de la investigación a la que fueron sometidos por el caso bombas, de la cual se descartaron los cargos en su contra, el ministro recalcó: "Fueron detenidos en Chile durante el gobierno pasado, acusados de un delito, juzgados y absueltos. Después viajaron fuera de Chile y desde el punto de vista nacional ellos no tienen ninguna causa pendiente".