El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, aseguró a senadores de su partido que quieren deshacerse de él política y "físicamente".

El líder conservador, según informan hoy los medios de comunicación italianos, hizo esta afirmación ayer en la noche durante una cena con varios parlamentarios de su partido, en la que dijo que en la campaña para las elecciones regionales de su país, que se realizarán el 28 y 29 de marzo, será difícil que pueda acudir a actos porque la policía le ha advertido de que es "cada vez más peligroso".

"Me dicen que no tengo que salir, que no debo hacer campaña electoral, que existe todavía quien me espera en cada esquina para acabar conmigo", dijo Berlusconi.

Asimismo, el jefe del Gobierno remarcó: "En 1994 quisieron acabar conmigo con las investigaciones judiciales, después trataron de arruinar las empresas de la familia, pero no lo consiguieron. Por eso ahora intentan acabar conmigo físicamente".

El pasado 13 de diciembre, Berlusconi resultó herido tras un mitin en la Plaza del Duomo de Milán, cuando fue golpeado en la cara con una miniatura de la catedral de la ciudad.

Según los medios italianos, en la cena de anoche, el primer ministro volvió a criticar a la magistratura italiana y tachó de "locura" la sentencia emitida por un Tribunal Civil de Milán, que el pasado octubre condenó al grupo Fininvest, de su propiedad, a pagar una multa de 750 millones de euros.

En la cena no faltaron las ya tradicionales bromas del primer ministro italiano, que se mostró orgulloso de su "soltería" (está en trámites de divorcio), aunque lamentó que ahora, pese a ser "un buen partido y ser cortejado, tiene poco tiempo para las mujeres", puesto que se dedica a sus hijos y a sus nietos.