Ya es un clásico indiscutido de la cartelera local. Propietario de hitos imborrables y de momentos que marcaron a fuego el historial de conciertos en Chile. Si en 1990 repletó el Estadio Nacional con uno de los espectáculos más memorables que ha pasado por el ugar -una suerte de exorcismo por años en que su cancionero fue proscrito por la dictadura-, casi dos décadas después, en 2007, canceló un show en Talca debido al alto precio de los boletos, instalando en los titulares los reclamos en torno al costo de los tickets en el país, polémica vigente hasta hoy.
Una férrea relación con Chile que durante esta temporada abrirá un nuevo episodio. Según informan desde la productora Red Eyes, el más célebre de los trovadores cubanos ya cerró dos shows para su retorno a la capital: el viernes 22 y el sábado 23 de mayo en el Movistar Arena. Una fecha doble que marcará sus primeros recitales desde diciembre de 2012, cuando, en un formato muy distinto, llegó hasta el Estadio Monumental para juntar a más de 40 mil personas y, un par de días más tarde, sumarse a los 100 años del Partido Comunista que se festejaron en otro estadio, el Nacional.
Esta vez, el nuevo cara a cara será más íntimo, en el mismo sitio por donde ya pasó en 2007. Un recinto ideal para calibrar las nuevas rutas estilísticas de Rodríguez: un creador que ha empujado su cantautoría no sólo hacia los tradicionales arreglos en guitarra y la diversificación del discurso militante, sino que también hacia áreas instrumentales más elocuentes, como el jazz, los sonidos de orquesta y la música barroca, tal como lo demuestra su última entrega, Segunda cita (2010).
De hecho, muchos de los clásicos que presenta en escena, como Ojalá o Rabo de nube, están dotados de nuevos arreglos, reimaginados según ángulos más modernos y casi despojados de sus versiones originales.
Con nuevos amigos
En la misión, el apoyo y el oficio de sus músicos es fundamental. Se trata del Trío Trovarroco, integrado por Rachid López, César Bacaró y Maikel Elizarde, además de su esposa, la flautista Niurka González, y otro cuarteto de instrumentistas de clara inspiración jazzera. Todo bajo un repertorio que mostrará composiciones de su próximo trabajo, Amoríos, aparte de los himnos más legendarios de su trayectoria, como Quien fuera o La era está pariendo un corazón .
"La reinvención musical es parte de la nueva vida de Rodríguez, pero también su capacidad para seguir emocionando, la noche de su recital encuentra un equilibrio perfecto entre calidad, historia y lagrimas", reseñó la prensa mexicana en el espectáculo que el cantante dio a mediados de 2014 en el DF, cuando presentó el mismo tour que traerá a Chile.
Además, se trata de nuevos bríos impulsados con ayuda ajena: en el último lustro, han sido las nuevas bandas, oriundas de variantes muy distintas a la trova, las que han revalidado la herencia artística del cubano. Por ejemplo, en 2010, los chilenos de Los Bunkers lanzaron el exitoso álbum Música libre, donde -con inventiva y bajo la capacidad de hacer olvidar los temas originales- versionaron algunas de sus creaciones más reconocidas.
Por su parte, el dúo puertorriqueño Calle 13 lo invitó a uno de sus últimos singles, Ojos color sol, parte de su producción más reciente, Multi viral (2014). Además, los propios miembros del conjunto han recalcado que la canción protesta empuñada por el trovador desde fines de los 60 se asemeja a su propia obra, marcada por los dardos y las críticas al sistema actual.