Chile jugará, mañana en La Paz, uno de los partidos más importantes del camino rumbo al Mundial de Rusia. De la obtención de un buen resultado ante Bolivia depende, en gran medida, la suerte del equipo chileno. De momento, marcha en el cuarto lugar con 23 puntos, y sigue dependiendo de sí mismo para meterse en la cita planetaria. Ahora, no obstante, con tres partidos por delante, el margen de error es nulo.
El choque ante los altiplánicos se anticipa a muerte. El morbo que genera la reciente resolución del TAS, que favoreció a los nacionales y perjudicó a la Verde, no hace más que agregarle un condimento extra a un cruce con historia.
Los 3.650 metros sobre el nivel del mar son un escollo difícil de sortear para todos. El conjunto que hoy adiestra Mauricio Soria suele encontrar su fortaleza en el Hernando Siles, donde hasta los equipos más importantes han caído de rodillas.
Para la Roja, sin embargo, aquella condición no representa un factor preponderante. De hecho, la escuadra nacional es, a partir de la estadística, el mejor visitante que ha pasado por la ciudad boliviana.
En un total de 10 compromisos disputados en La Paz, Chile ha ganado seis, igualado uno y perdido apenas dos, lo que le equivale al 63,3% de rendimiento, situando al representativo nacional como el mejor de todos. O el peor visitante, dependiendo desde qué prisma se mire.
En Eliminatorias, la situación es la misma: con 10 puntos obtenidos de 18 posibles, Chile se alza como el país que obtiene mejores resultados en la siempre complicada salida a Bolivia.
Ni Argentina y Brasil -los poderosos de siempre- pueden exhibir una estadística tan favorable. Los transandinos apenas completan 36,67% de rendimiento, mientras que el Scratch alcanza únicamente 26,67% (ver tablas).
Por lo mismo, en el plantel que adiestra Juan Antonio Pizzi hay confianza. También certeza absoluta de que la altura no es un elemento a tomar en cuenta. Lo único que le vale a la Roja es jugar bien. Imponer su juego y sobre esa base, superar al rival y empezar a asentarse, a un tris del final del proceso, en zona de clasificación directa.
"La altura no nos afecta tanto, afortunadamente. Estamos acostumbrados a jugar en Calama y en El Salvador. Además hay varios en el plantel que están acostumbrados a jugar en altura en México, por ejemplo. Así que no nos preocupa mayormente ese tema", expresó ayer Marcelo Díaz en Calama, donde la Roja se prepara para la expedición por suelo boliviano.
"Nuestro juego se basa en lo colectivo. Sabemos lo fuertes que somos como grupo y esperamos serlo en el partido de este martes", añadió el volante del Pumas UNAM azteca.
"Viajamos a Calama para llevar adelante un buen plan de aclimatación, así que no tendremos problemas con el tema de la altura", expresó, por su parte, Esteban Paredes, que será suplente en el compromiso de mañana. "Tenemos estudiados a los bolivianos. Hemos visto videos y cada uno sabe lo que tiene que hacer. Muchos acá saben cómo es jugar sobre dos mil metros de altura, así que no creo que ése sea un factor para nosotros", cerró el experimentado goleador.
Después de la derrota ante Paraguay del pasado jueves, Pizzi ha centrado sus esfuerzos en devolverles la confianza a los suyos. El plantel cree y, al menos en redes sociales, la mayoría ha expresado su confianza en obtener un buen resultado.
El tercer mundial consecutivo de esta generación parece alcanzable. Luego de Bolivia podría estar al alcance de la mano. La Roja busca un triunfo reivindicatorio ante un local ya eliminado. En La Paz, donde llega con todo a favor.