Se acabó la espera. El Superclásico 182 ya es una realidad. Desde hoy al mediodía, Colo Colo y Universidad de Chile saltarán, como tantas otras veces, a disputar los 90 minutos del partido mayor del fútbol chileno. Planteles de lujo. Entradas agotadas. Decenas de millones en sueldos. Talento por doquier. Hasta seis campeones de América podrían toparse en la cancha. Como hace mucho no se veía, dos equipos que cuentan con varios jugadores que pasaron por las mejores ligas del mundo. La fiesta, al menos en la previa, está asegurada. Ahora, es el turno de los futbolistas de responder a las expectativas.

Jorge Valdivia, Esteban Paredes y Jaime Valdés en una trinchera. Mauricio Pinilla, Johnny Herrera y Gonzalo Jara en la otra. Pesos pesados. Referentes de la actividad. Y con actores secundarios de lujo como Agustín Orión, Julio Barroso, Matías Rodríguez o David Pizarro. Y al lado de ellos, Pablo Guede y Guillermo Hoyos, dos entrenadores con presentes disímiles en las instituciones donde trabajan.

Porque mientras el ex técnico de Palestino no ha podido ganar en casa en lo que va del torneo y sus presentaciones transitan más por la irregularidad que otra cosa, el ex seleccionador boliviano no quiere perderle pisada a Unión Española en la lucha por el Transición. Los azules no brillan, pero ganan lo que tienen que ganar y sólo han sufrido un traspié en el semestre.

Y quizás por esas realidades es que nadie se ha querido aventurar con un favorito. Porque además ocurre que el Romántico Viajero carga con una pesada mochila de 16 años sin victorias en Macul. No pudo Héctor Pinto. Tampoco Sergio Markarían. Gerardo Pelusso también se fue sin celebrar. Ni siquiera Jorge Sampaoli lo consiguió. Y más adelante también fracasaron en ese intento Marco Antonio Figueroa y Martín Lasarte, entre otros. Ahora es el turno de Hoyos, quien ha intentado meterle en la cabeza a sus jugadores que romper esa racha que se arrastra desde 2001 es posible. Que el Monumental no es infranqueable y que el plantel actual puede reescribir su propia historia.

Sería, eso sí, un durísimo golpe para el Cacique. Sobre todo por el momento y la posición en la tabla. Separarse a siete puntos de la U recién en la quinta fecha sería un mundo de distancia para un torneo tan corto. Y la permanencia de Guede, aún cuando él mismo aseguró que no renunciará pase lo que pase esta tarde, sí quedaría en entredicho.

El libreto de Colo Colo será parecido al que ha venido presentando en las anteriores fechas del Torneo de Transición, con sus habituales intentos por generar peligro por las bandas y, si eso no resulta, encomendarse a los pies y la inspiración de Valdivia o Valdés. También al exquisito poder de definición de Paredes, quien el viernes prometió anotarle un gol a Herrera.

Al frente, la U de Hoyos se tambaleó por la lesión de Leandro Benegas, titularísimo para el entrenador. Eso, de hecho, provocó que en la semana trabajara un nuevo esquema, el 4-4-2, aprovechando de sumar un volante para quitarle la pelota a los albos. Sin embargo, dio marcha atrás y volvió a las raíces, con tres delanteros.

A pesar de las restricciones de Carabineros, ayer los hinchas llegaron a Macul y el CDA a dar el último aliento. Los jugadores lo agradecieron. Se aleonaron. Así llega Colo Colo. Así se presenta la U. El Superclásico, recién en la quinta fecha, ya es una realidad. Que comience la fiesta.

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