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Síndrome de piernas inquietas (SPI) afecta también después del embarazo

Un nuevo estudio reveló que un 25% de las mujeres que tuvieron SPI en el embarazo seguirán con el síndrome años después.

Las mujeres con síndrome de las piernas inquietas (SPI) en el embarazo son más propensas a volver a padecer la condición después del parto, revela un estudio realizado en Italia.

El extraño trastorno causa sensaciones molestas en las piernas al dormir que disparan una necesidad incontrolable de mover las piernas para obtener alivio. Se desconoce su causa.

Un estudio previo del equipo italiano de Ospedale San Raffaele, de Milán, había hallado que un cuarto de las mujeres desarrollan los síntomas en algún momento del embarazo, una frecuencia varias veces superior a entre el 5 y el 10 por ciento de la población general, señaló el doctor Mauro Manconi.

El nuevo estudio, publicado en la edición en internet de la revista Neurology, fue una extensión de la encuesta previa. Luego de 6,5 años, los autores volvieron a contactar a las 207 participantes para comparar la incidencia del SPI en las que nunca habían desarrollado los síntomas con las que sí los habían padecido.

Casi el 25 por ciento de las 74 mujeres con los síntomas en el embarazo tenía SPI años después. Esas mujeres respondieron que sufrían el trastorno por lo menos tres veces por mes o cuatro veces en dos meses.

En cambio, menos del 8 por ciento de las mujeres sin síntomas en el embarazo tenían SPI.

"Podemos confirmar la naturaleza de los síntomas, pero les advertimos a las embarazadas que el SPI puede reaparecer años más tarde", dijo Manconi a Reuters Health.

El experto añadió que el diagnóstico no es sencillo porque no existen signos biológicos definidos. El tratamiento tradicional, con fármacos dopaminérgicos, nunca se probó en embarazas e interferiría con el desarrollo fetal o con la producción de leche materna.

"Antes de considerar el uso de fármacos, los médicos deberían conversar con las mujeres sobre la naturaleza benigna del síndrome y la casi certeza de que los síntomas desaparezcan con el parto", dijo Manconi.

"Además, deben explicarles que los días estresantes, la cafeína, la deficiencia de hierro y la ansiedad agravan la condición", agregó el autor.

Pero algunos expertos son escépticos sobre los nuevos resultados.

"No hay motivo para pensar que las cifras halladas están agrandadas", dijo el doctor Steven Woloshin, de la Escuela de Medicina Dartmouth, en New Hampshire, quien añadió que los resultados deben replicarse en otros centros.

Woloshin aclaró que, actualmente, no se considera el tratamiento farmacológico a menos que los pacientes hayan tenido por lo menos 15 episodios por mes, mucho más que lo considerado en el estudio.

Y aun en esos casos, la terapia estandarizada (ropinirol o Requip) no da muy buen resultado.

De hecho, según una escala de 40 puntos sobre la gravedad de los síntomas, un estudio demostró que el uso de esos fármacos proporciona alivio apenas 4 puntos más que el placebo.

"El beneficio no es muy grande y el fármaco provoca muchos efectos adversos", entre ellos náuseas, mareos y somnolencia, dijo Woloshin.

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