Parece una foto de anuncio con photoshop. Aguas cálidas insolentemente turquesas, playas de arenas finas y blancas enfiladas de palmeras y peces de colores imposibles. Pero Sint Maarten, una isla de casi 100 km2, no necesita de retoques o maquillaje para promoverse, porque su belleza al natural y desnuda se acerca bastante a la imagen soñada que los viajeros se hacen del Caribe… o del paraíso.
Ubicada en pleno Mar Caribe, a unos 240 km al este de Puerto Rico, es la isla más pequeña del planeta compartida por dos naciones: los Países Bajos y Francia. Y conviven amistosamente desde 1648. Se la puede recorrer en auto en menos de dos horas, sin necesidad de trámites fronterizos, aunque cada lado de la isla mantiene su identidad e idioma.
El lado francés, llamado Saint Martin, se caracteriza por sus elegantes paseos con anchas veredas con cafés y restaurantes. La mitad holandesa, conocida como Sint Maarten, de calles angostas y estilo colonial, es el epicentro de la diversión y las compras. A sus 12 casinos, discos y bares se suma la atracción de que su capital, Pilipsburg (así, con una sola L), es zona libre de impuestos.
A lo largo de Front St., su calle principal, hay tiendas que van desde Tiffany a Tommy Hilfiger, pasando por marcas como Cartier, Gucci y Ralph Lauren, así como productos electrónicos a precios muy bajos y en dólares, para evitar confusiones con el florín, la moneda local.
A Sint Maarten se le conoce como "la capital gastronómica del Caribe", con un restaurante diferente para cada día del año, y es también famosa por su agitada vida nocturna y su interminable oferta de actividades al aire libre como hiking o senderismo, parasailing, paracaidismo, surf, navegación, cabalgatas, buceo y golf. Su oferta de alojamiento va desde lujosas villas privadas, pasando por cabañas y cottages hasta hoteles y spa con todas las comodidades.
Con todo este potencial, la oficina de turismo de Sint Maarten lanzó por estos días una fuerte campaña de marca que se centra en la variedad de vivencias que el viajero puede experimentar al visitar la isla, tomando las dos "a" que lleva su nombre y jugando con las palabras, con frases como "Paasionate St. Maarten", "Plaayful St. Maarten", además de "Chaarming", "Maagical" y "Glaamorous".
DE TARZAN Y BODAS
A Sint Maarten se llega a través del aeropuerto Princess Juliana, muy cerca de la playa Maho. La imagen de los aviones aterrizando a metros del mar y los bañistas es ya una clásica postal de la isla que, junto al lado francés, no superan los 75 mil habitantes.
Sus más de 35 playas ofrecen algo distinto para todos los gustos, con aguas a una temperatura promedio de 26°C. Maho es la más popular, y las olas que provoca el tráfico de aviones es ideal para la práctica de windsurf. Mullet es perfecta para nadar, mientras que las aguas calmas y la cristalina visibilidad de Little Bay es la favorita para el buceo libre. Cupe Coy es la escogida por los que dejan el traje de baño en casa.
Una de las grandes atracciones es ascender a la cima de Pic du Paradis, el punto más alto de la isla (450 m.) Otra visita obligada es Loterie Farm (www.loteriefarm.net), reserva natural privada abierta al turismo: ahí podrá recorrer algunas de las rutas diseñadas para hiking y con vistas hacia el Mar Caribe, hacia la capital del lado francés (Marigot) y hacia la isla de Anguila. O bien, ponerse un rato en los zapatos de Tarzán, y saltar de árbol en árbol con arnés de seguridad.
Las cabalgatas son otra manera de disfrutar del paisaje. Lucky Stables (www.luckystables.shoreadventures.net) ofrece distintos paseos por rutas que bordean el mar. Incluyendo, un tour por la costa para ver el atardecer, seguido de champaña y marshmallows al calor de una fogata.
Para los que prefieren experimentar la isla por si solos, el arriendo de bicicletas es el modo perfecto. La isla está repleta de senderos, aunque la ruta más popular es la 15-Mile, que recorre ambos lados de la isla. Otra opción es recorrerla desde el agua. Tagle Tours (www.sailingsxm.com) ofrece tres tours de tres horas en botes de rafting y otros más exclusivos en lujosos catamaranes, mientras que con Lord Sheffield Tall Ship (www.stmaarten-shoretrips.com/lordsheffield) puede embarcarse en un barco pirata, con cañones incluidos, para terminar realizando snorkeling entre restos de naufragios históricos.
Sint Maarten también invita a expandir los horizontes, permitiendo visitar por el día otras islas del Caribe vía ferry. Anguila, famosa por sus formaciones de coral, está a sólo 20 minutos; St. Barth, con única mezcla sueca-francesa en el Caribe, a 45 minutos; y Saba, con vegetación exuberante, a una hora.
Los tesoros de Sint Maarten parecen interminables y es un destino que parejas, familias o viajeros solitarios pueden disfrutar. Pero tal vez la mayor riqueza por descubrir, es su sabor innegablemente caribeño sumado a su exquisita influencia europea.
Cómo llegar
Hay varias conexiones vía Miami o Ciudad de Panamá, desde US$ 1.300 aproximadamente.
Dónde dormir:
1. Turquoise Shell Inn, desde US$ 145, www.tshellinn.com.
2. Wyndham Sapphire Beach Club, US$ 225, www.sbcwi.com
3. Cocha tiene programas de cuatro noches en Hotel Westin Dawn Beach, desde US$ 1.095 p.p. y en departamentos equipados desde US$ 659 p.p.
4. Otra forma de conocerla es en crucero. Cristal Cruises ofrece uno de siete noches saliendo desde Ft. Lauderdale, EEUU. Desde US$ 829. www.congresstour.cl