Tras el doble atentado con auto bomba que dejó al menos 40 muertos y más de 100 heridos en Damasco, el régimen de Bashar al Assad culpó al grupo terrorista Al Qaeda de estar detrás de los hechos.
El ataque fue dirigido por dos suicidas contra sedes de los servicios de seguridad y servicio secreto del régimen sirio, situación que se produce sólo horas después de la llegada de un equipo de avanzada de los observadores de la Liga Arabe, que supervisará el compromiso de Siria de poner fin a la represión contra los manifestantes que exigen la salida de Assad.
Las autoridades gubernamentales trasladaron a los observadores al escenario de los atentados y dijeron que estos acontecimientos reafirmaban su dicho de que los desórdenes no son una revuelta popular sino obra de terroristas.
"Lo dijimos desde el principio, esto es terrorismo. Están asesinando al ejército y a los civiles", expresó el ministro adjunto del exterior, Faysal Mekdad, a la prensa, afuera del edificio de espionaje, donde yacían cadáveres tirados en el suelo.
Las explosiones constituyeron los primeros atentados suicidas en Siria desde el inicio del levantamiento, en marzo.
Junto a Mekdad, el jefe del equipo de observadores de avanzada, Sameer Seif el-Yazal dijo que "estamos aquí para conocer los hechos en el terreno. Lo que hemos visto hoy es lamentable, lo importante es que las cosas se calmen".