Siria inauguró las sesiones de su nuevo Parlamento cuya mayoría absoluta la tiene la alianza política del partido Baaz, del Presidente Bashar Assad.

El himno nacional sonó al comienzo de la reunión, para dar paso al juramento, uno a uno, de los parlamentarios que prometieron "proteger los intereses y la democracia del pueblo" en un acto transmitido en directo por la televisión oficial.

En esta primera sesión, presidida por el diputado de mayor edad, Abdul Aziz Turad al Mulhem, los miembros de la asamblea parlamentaria eligieron a su presidente, los vicepresidentes y los secretarios.

En un discurso, Al Mulhem consideró que la recién elegida institución corona el "proceso de democracia y transparencia a la luz de la Constitución" y pidió a los parlamentarios que trabajen duro para lograr las aspiraciones del pueblo.

Con 183 de los 250 escaños en manos de la coalición Frente Progresista Nacional, del Baaz, la reunión de hoy dio para pocos sobresaltos: como presidente del Parlamento fue elegido el abogado "baazista" Mohamed Yihad al Laham.

Nacido en Damasco en 1954, Al Laham obtuvo la mayoría de los votos, 225, frente a los ocho que consiguió su rival, el independiente Mayid Dandan, un abogado de Alepo, la segunda ciudad del país. Además, hubo quince votos en blanco y dos nulos.

Antes de la votación, algunos diputados protagonizaron una pequeña polémica al quejarse del "mecanismo" para elegir al presidente del órgano unicameral y exigieron disponer de más datos sobre los aspirantes al cargo y su programa de trabajo.

Inmediatamente después de su elección, Al Laham subrayó que "Siria está pasando por una etapa que requiere de los esfuerzos de todos los individuos". Y destacó que la asamblea actual es un "espejo" de la realidad de todos los sirios y sus aspiraciones.

Este Parlamento, que tiene un mandato de cuatro años, fue elegido el pasado 7 de mayo en las primeras elecciones pluripartidistas en Siria desde 1963, aunque fueron boicoteadas por la mayoría de la oposición.

Una de sus primeras tareas será designar un nuevo primer ministro ya que, según la Constitución, el gobierno actual debe dimitir desde el mismo momento en que el Parlamento se inaugura.

Varios partidos de nueva creación concurrieron a los comicios, pero algunos se retiraron durante la carrera electoral al considerar que no podían competir con la supremacía del Baaz, que cuenta con 2,8 millones de afiliados, además del control de las instituciones y fondos públicos.

En el caso de Damasco, por ejemplo, el Baaz y sus aliados lograron 19 de los 29 asientos en juego, mientras que el resto se lo repartieron candidatos cercanos al régimen.

Unos diez millones de sirios estuvieron llamados a votar en los comicios del pasado día 7, que tuvieron una participación del 51,26 %, según anunció el presidente de la Comisión Electoral, el juez Jalaf al Azaui.

Las elecciones se celebraron en el marco de las reformas prometidas por Assad para aplacar las protestas en el país.

Mientras el derramamiento de sangre continúa pese a que todavía está vigente el alto el fuego, auspiciado por el enviado especial de la ONU y la Liga Arabe, Kofi Annan.

El país se sumergió en una espiral de violencia tras el inicio de protestas populares en marzo de 2011.