El Estado sirio rechazó el ultimátum y las amenazas de sanciones emitidas desde la Liga Arabe, para que acepten que un grupo de observadores internacionales ingrese al país.
Según la agencia estatal SANA, la agrupación que reúne a 22 naciones árabes se "ha vuelto una herramienta para la interferencia extranjera", y que "está sirviendo a una agenda occidental para causar problemas en la región".
El gobierno de Turquía, en tanto, respondió señalando que permitir el ingreso de observadores sería un gesto de buena voluntad por parte de los sirios.
Las amenazas emitidas ayer por la Liga Arabe se dieron en medio del crecimiento constante de la presión internacional sobre su presidente, Bashar Assad, para que detenga la represión contra manifestantes opositores al régimen.
Según Naciones Unidas, al menos 3.500 personas han muerto desde marzo en medio de las protestas, que deberían continuar durante el día de hoy.