El régimen sirio insistió hoy que tiene toda su voluntad para cooperar con los observadores internacionales, algo que ponen en duda los diplomáticos de la ONU ante la persistente violencia de los últimos días, mientras el secretario general del organismo Ban Ki-moon, informará hoy al Consejo de Seguridad sobre la labor de los examinadores.
Ello se produce un día después de otra jornada sangrienta, según una ONG siria, con 20 muertos, de ellos 17 civiles, pese a la entrada en vigor el jueves pasado de un alto el fuego.
Diplomáticos de la ONU afirmaron que la misión iniciada el lunes, podría verse comprometida por la actitud de Damasco.
Si el gobierno no aplica antes del final de la semana el "protocolo" que permite a los observadores transitar por todo el país, "no pasaremos a la etapa siguiente, que es la de autorizar a la misión completa (de 250 hombres) a desplegarse", afirmó un diplomático del Consejo de Seguridad.
El diario Al-Watan, cercano al poder, asegura no obstante que algunos observadores trabajaron la víspera en la cancillería siria "sobre un protocolo que será puesto a punto en los próximos días".
En Beijing, el ministro sirio de Exteriores Wallid Muallem prometió por su lado que "Siria continuará (...) respetando y aplicando el plan de seis puntos" del emisario internacional Kofi Annan, en particular el alto el fuego, según relató el jefe de la diplomacia china Yang Jiechi.
El canciller sirio realiza una corta visita a China para presentar a las autoridades locales los últimos detalles de los esfuerzos para aplicar el plan de Annan, que comenzó a ser aplicado la semana pasada.
La visita de Muallem a China coincide con las declaraciones de la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, quien pidió a Siria que honre todos los aspectos del plan de Annan, y no solamente el referido al alto el fuego.
Los observadores, que se hallaban el martes en Deraa, feudo de la rebelión en el sur, iniciaron su tercer día de misión, considerada "difícil" por su jefe, el coronel Ahmed Himmiche.
Según los opositores, el régimen no ha retirado sus tanques de las ciudades, tal como se previó en el plan Annan, y reanudó sus bombardeos contra los barrios rebeldes de Homs, violando también el texto de seis puntos que pide asimismo la puesta en libertad de los detenidos.
Ban Ki-moon exhortó a Siria a garantizar una total libertad de movimiento a los observadores, y mencionó sus necesidades en aviones y helicópteros para su transporte. En esta línea, la Unión Europea (UE) se declaró dispuesta a proporcionar todo el apoyo material necesario para su misión.
El Consejo Nacional Sirio (CNS), principal coalición de la oposición, acusó al régimen de cometer "flagrantes violaciones del alto el fuego" y exhortó a los observadores a "acudir de inmediato a Idlib (noroeste) y a Homs (centro) para que descubran (...) las matanzas que el régimen jamás dejó de cometer".
Unos 50 países y organizaciones, entre ellos la UE, Estados Unidos, La Liga Arabe y Turquía, se reunieron ayer en París y expresaron su "firme desaprobación ante cualquier apoyo financiero o de otro tipo, y en particular la continuación de las ventas de armas al régimen sirio". Rusia es el principal proveedor de armas del gobierno de Bashar Assad.