Como un "triste" fenómeno social y cultural, con aristas religiosas y económicas. Parte de otro contexto. De otra época. De otro Chile, bajo circunstancias muy diferentes. Así intenta explicar Arturo Fellay (40) lo que ocurrió en el país durante principios de los años 70 y hasta entrados los 80, en los cuales se habrían producido entregas irregulares de recién nacidos en Santiago.
"Sistemáticamente, había cruces de guaguas en familias de sectores acomodados de la capital, producto del 'qué dirán', es decir, para ocultar a madres jóvenes que quedaban embarazadas sin tener pareja", detalla.
Estas supuestas redes salieron al tapete hace pocas semanas, cuando un reportaje de Ciper reveló que el sacerdote Gerardo Joannon, perteneciente a la Congregación de los SS.CC., formó parte de, al menos, una de estas "entregas" ilegales.
Fellay está casado con una mujer de nombre Constanza (41), quien también busca a sus padres biológicos. Y junto a otros afectados, hace 20 días lanzó el sitio web Nosbuscamos.cl, para ayudar a concentrar la información, actualmente dispersa, sobre las irregularidades.
Transcurrido este lapso, las cifras son elocuentes: con más de cinco mil visitas, la web ya ha recibido 350 nuevas denuncias de posibles casos de entregas ilegales de recién nacidos. De ellas, 150 son de padres que buscan a sus hijos y 200, de personas que quieren saber quiénes son sus progenitores.
"Entiendo que Joannon hizo contactos, pero él es sólo una arista del problema. El sitio web no se refiere solamente a su caso. Hay muchos otros, de niños y niñas que fueron dados por muertos o arrebatados y entregados o vendidos a familias, bajo un secreto que se mantuvo por años", dice Fellay.
Agrega que, "a través de la base de datos (de la web) nos hemos dado cuenta de que era una práctica habitual en todos lados. Pero nuestro objetivo no es iniciar una caza de brujas ni buscar responsabilidades. Lo central es cerrar círculos y ayudar a las personas a encontrar su pasado y su vida".
DESDE ALEMANIA
Silvia Hernández (41) vive actualmente en Munich, Alemania, y es una de las chilenas que cree haber sido entregada ilegalmente al nacer. Ella asegura que se contactó con la Congregación de los SS.CC., el Sename y con la familia Rillón (del caso Joannon). "Comencé a sospechar algo e investigar cuando descubrí una inconsistencia entre mi RUT, la supuesta fecha de mi nacimiento y mi inscripción en el Registro Civil", cuenta.
Según lo que Silvia ha logrado reconstruir, a los cuatro días de su nacimiento fue entregada afuera de una casa particular de Providencia, a través de una asistente social. También maneja otros datos, como la participación de un médico y un abogado, y algunos contactos con sacerdotes y dos hospitales.
"Yo fui y soy muy feliz con mis padres, sé que son adoptivos. Los admiro. Pero debo encontrar a mi madre biológica. Y si ella fue víctima de esta monstruosidad, quiero decirle que la amo igual", agrega.