El pasado 4 de diciembre, la pequeña ciudad polaca de Skala, ubicada a poco más de 20 kilómetros al norte de Cracovia, se dio el triste lujo de sobrepasar brevemente a Beijing en un índice poco deseado: durante una hora el nivel de material particulado grueso (PM10) en este poblado de casi 4.000 habitantes alcanzó a 979 microgramos por metro cúbico de aire, según dijo a La Tercera Piotr Siergiej, del movimiento Polish Smog Alert, que busca educar a los polacos sobre los peligros de la contaminación.

El hecho no pasó inadvertido. El diario británico Financial Times recordó que con esa medición Skala no sólo superó los 737 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico de aire de la capital china, sino que también excedió en casi 20 veces los límites establecidos por la Unión Europea (UE). Según los estándares del bloque, el nivel de PM10 no puede sobrepasar los 50 microgramos de partículas contaminantes por metro cúbico de aire durante 24 horas. Siergiej asegura que en ese lapso los registros de Skala alcanzaron a 407.

"Somos conscientes de que Polonia es el país más contaminado de la Unión Europea", reconoció Siergiej. En efecto, citando datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Financial Times señaló que 33 de las 50 ciudades más contaminadas del continente se ubicaban en Polonia. Así, el periódico británico no dudó en calificar al país como "la capital del smog de Europa".

En el caso de Skala, la razón de sus malos índices podría responder a su cercanía con Cracovia, que en 2013 fue calificada por la Agencia Ambiental Europea como "la tercera ciudad más contaminada" de la UE. Pero Maciej Rys, miembro de Smogathon, organización que monitorea y combate con tecnología la contaminación del aire, explica así el fenómeno a La Tercera. "Los ciudadanos usan calderas a carbón de vieja generación para calentar sus casas. Además, usan carbón de baja calidad o incluso cosas como basura y botellas de plástico", dice.

Y esa tendencia se repite a nivel nacional. Según recoge el Financial Times, una de las principales causas de la mala calidad del aire en el país responde a la política energética de Polonia, que tiene una fuerte dependencia del carbón, sector que emplea a más de 100.000 personas. Y el actual gobierno conservador, que llegó al poder en parte gracias a las promesas que hizo a los mineros, parece decidido a proteger esta industria, pese a las potenciales y millonarias multas que enfrenta el país de parte de la Comisión Europea. Así lo dejó en claro el Presidente Andrzej

Duda en diciembre, cuando durante un discurso prometió que el carbón seguiría siendo la "columna vertebral" del sector energético.

Según datos de Eurostat, alrededor del 83% de la energía consumida en Polonia se produce a partir del carbón, mientras que en el resto de la UE la media es del 28%. En tanto, sólo el 10% proviene de las energías renovables. Pero el Financial Times destaca que el 50% de la contaminación procede de la calefacción de los hogares mientras que solo el 13% procede de los autos.

En el caso de Skala, sus habitantes "no eran realmente conscientes del peligro", pero hoy "parecen notar el problema" de la contaminación, dice Rys. Así, sostiene, ahora "están presionando al gobierno local para que persuada a la gente a cambiar sus calderas domésticas por unas de nueva generación y cree programas que apoyen financieramente a esos ciudadanos". "El mes pasado algunas personas pusieron un ataúd vacío en el centro de la ciudad, representando a las personas que murieron a causa de la contaminación del aire. Una imagen bastante potente", comenta.

En la vecina Cracovia, en tanto, "se prohibieron las calderas a carbón y leña y reemplazará todas las existentes en 2019", dijo Rys.

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