(...) no habrá fuerza humana ni divina que me aparte del pueblo. Sin el concurso del Partido Comunista, yo no sería Presidente de la República. Yo sería un miope si no comprendiera que no se puede gobernar al margen del pueblo. No obstante las diferencias y las dificultades que nos separan de ese partido, declaro que deseo su apoyo para dar cumplimiento al programa ofrecido y por un imperioso sentimiento de lealtad".