En Chile, el debate sobre educación superior se ha concentrado principalmente en la gratuidad y la duración de las carreras. No obstante, los alcances de la futura reforma propuesta por la Presidenta Miche-lle Bachelet no están del todo claros. Mientras Chile intenta resolver estos temas, la discusión a nivel mundial va por otro camino. Ello, porque muchos países ya enfrentaron hace décadas el debate sobre el acceso -sea gratuito o no-, y en otros lugares los asuntos más relevantes son la innovación en la elaboración de las clases, las experiencias en el extranjero de sus alumnos, el uso de la tecnología, la calidad de los cursos y la masificación de los estudiantes.

De todo esto y más se debatió el lunes y martes en Río de Janeiro, en el III Encuentro de Rectores organizado por la red Universia, a la que fue invitada La Tercera. Al evento asistieron nada menos que rectores de 1.103 universidades de 33 países. La delegación chilena estuvo compuesta por 32 jefes de casas de estudio.

En las diferentes presentaciones y debates, los rectores desmenuzaron los desafíos más inmediatos de la educación superior. Lo que más preocupa, según coinciden varios rectores (ver entrevistas pág. 4) es el aumento en el número de estudiantes que ingresan a la universidad. De hecho, durante el evento se destacó que la Unesco calcula que en 2025 la demanda por educación superior se va a incrementar en al menos 80 millones de personas. Para atender esta demanda se necesitaría crear tres universidades a la semana con capacidad para 40 mil alumnos cada día, algo imposible. Por eso, ya se están abriendo opciones de cursos on line dictados por universidades de prestigio.

La gratuidad no es tema en países como Argentina, Perú, Brasil y México, establecida por ley desde hace décadas. Sí son asuntos de debate el cómo innovar en la entrega de conocimiento y el cómo preparar a los alumnos para un mundo laboral que ha cambiado rápidamente. Y en ese sentido, América Latina mira modelos en EE.UU., Asia y Europa.

Bernhard Eitel, rector de la U. de Heidelberg, la más prestigiosa de Alemania, plantea que "durante décadas en Europa nuestra idea era tener a las mejores mentes de Europa. Ahora nuestra visión cambió a la internacionalidad. Es decir, universidades cosmopolitas. Ahora, los problemas no pueden solucionarse con políticas nacionales, sino que globales".

Una de las grandes preguntas que transitaron en el congreso de rectores en Río fue si las universidades estaban respondiendo a las expectativas de los alumnos. "La universidad debe conocer las necesidades de las familias y al mercado laboral", señaló el rector de la U. del Rosario (Colombia), Hans Peter Knudsen.

"La necesidad de elevar la calidad en la educación es impostergable", dijo David Noel Ramírez, rector del Tecnológico de Monterrey (México), una de las universidades más prestigiosas de la región. "En nuestros países se han duplicado los estudiantes que tienen acceso a la universidad. Las universidades más antiguas no han perdido el norte, que es la calidad", agregó Fabiola León, rectora de la U. Cayetano Heredia, una de las tres mejores universidades de Perú.

Se estima que en América Latina la edad promedio es de 26 años, con 106 millones de jóvenes entre 15 y 24 años. En Brasil, por ejemplo, se está debatiendo sobre aumentar el financiamiento del gobierno para que jóvenes accedan a Ues. privadas, que representan más del 70% del sistema. En Perú, se acaba de aprobar una ley universitaria que cambiará drásticamente el funcionamiento de las universidades, mientras que en Argentina se debate sobre más recursos para las universidades estatales.

A su vez, en Estados Unidos se está expandiendo el sistema de flipped classroom, que significa que ahora los profesores ya no dictan cátedra, sino que ayudan a los alumnos a resolver los problemas que llevan a sus clases. Así, el profesor se transforma en un guía, en un orientador.

Y países como Singapur están insertando a estudiantes de tercer año en compañías y start-up en países donde han abierto oficinas, especialmente en EE.UU. y China.