Aún faltan 22 semanas para que termine el 2017, pero el ser humano ya ha agotado los recursos renovables disponibles para todo el año. Es decir, el planeta ha entrado en un sobregiro ecológico y comenzará a vivir a crédito a partir de hoy, seis días antes que en 2016.

Así lo indican las estimaciones de la Red Global de la Huella Ecológica (Global Footprint Network, GFN), think tank de sustentabilidad socio de WWF, que anualmente determina la fecha aproximada en que la demanda anual de los seres humanos sobre la naturaleza supera lo que el planeta puede renovar en un año. De este modo, hoy la humanidad requiere 1,7 planetas para satisfacer sus necesidades.

El costo de este sobreconsumo ya lo estamos viviendo, por ejemplo, en la escasez de agua, la desertificación, la erosión de los suelos, la caída de la productividad agrícola y de las reservas de peces, la deforestación y la desaparición de especies. Continuar en este sobregiro no es una alternativa viable para la humanidad, porque los recursos de la naturaleza no son ilimitados.

Respecto a Chile, se observa una pequeña mejoría en relación a los datos de 2016, ya que nuestro déficit ecológico se aplazó cuatro días en relación al año pasado: GFN lo fija para el próximo 4 de noviembre, en tanto en 2016 ocurrió el 31 de octubre. Esto quiere decir que requerimos 1,2 Chile para mantener nuestro consumo actual de recursos. Asimismo, si todos los seres humanos vivieran como un habitante de Chile, serían necesarios 2,6 planetas Tierra para satisfacer sus necesidades.

"Chile virtualmente está igual que el año pasado, aún es muy temprano para decir que hemos logrado revertir la tendencia negativa", señala Ricardo Bosshard, director de WWF Chile.

"Estos datos son preocupantes y nos llaman a acelerar las acciones para aumentar nuestro capital natural, lo que puede lograrse con más Áreas Protegidas, tanto terrestres como marinas, y también a reducir nuestras emisiones, avanzando hacia una economía baja en carbono. Aquí, Chile debe incrementar significativamente sus compromisos en el marco del Acuerdo de París", agrega Bosshard, enfatizando que, no obstante el sobregiro actual, existen señales que dejan espacio al optimismo. Por ejemplo, a pesar del crecimiento de la economía mundial, las emisiones de CO2 vinculadas a la energía no aumentaron en 2016 por tercer año consecutivo, lo que puede explicarse por el importante desarrollo de las energías renovables para producir electricidad.

Para realizar la medición del sobregiro ecológico, GFN considera variables como la huella de carbono, los recursos consumidos por la pesca, la ganadería, los cultivos, la construcción y la utilización del agua.