La caída en la percepción de riesgo en el consumo de marihuana es uno de los aspectos que preocupan a las sociedades médicas. Especialmente en escolares.

El último estudio en población escolar del Senda indica que si en 2005 el 51,8% decía percibir gran riesgo en el uso frecuente de marihuana, en 2015 la cifra bajó al 21,5%.

Verónica Gaete, de la Sociedad Chilena de Pediatría, advierte que no se han considerado las consecuencias que una ley de autocultivo puede tener en los adolescentes. "Nosotros no opinamos sobre consumo de adultos. El consumo en los mayores de edad es un ámbito en que se consideran los derechos individuales", indica. Pero con una ley de autocultivo, dice, eventualmente en cualquier casa podría existir una planta de marihuana y, con ello, normalizar su consumo.

Y lo que se observa, explica, es que en aquellos hogares con plantas de marihuana, donde los padres tienen normalizado el consumo, los niños consumen mucho antes. "Por eso nos oponemos al autocultivo", aclara.

"Los grupos pro cannabicos promueven la idea de que sirve para miles de cosas, que es fabulosa, y durante mucho tiempo no tuvieron nadie que contrarrestara esa idea", indica.

Para Gaete, esos grupos están en una campaña engañosa, por destacar la droga como útil en muchos problemas de salud, "cuando claramente la ciencia dice que no es así", asegura.

Gaete cita el último informe de la Academia Nacional de Ciencias, Ingeniería y Medicina de EE.UU., que considera más de 10.000 estudios publicados desde el año 1999, que indica que su uso puede ser prometedor para el dolor crónico, esclerosis múltiple, y pacientes con cáncer. "Muchas de las afirmaciones acerca de lo que la marihuana puede hacer por otras dolencias -tales como la epilepsia y el síndrome del intestino irritable- se basan en pruebas anecdóticas y aún no se han probado científicamente", indica el estudio.

Existe además confusión sobre su uso médico. "Hablar de cannabiloides es hablar de medicamentos derivados de la marihuana, que es una planta que tiene más de 500 componentes, uno de ellos el THC. Y cuando se consume marihuana, se consume eso más otros componentes que no se conocen", indica Gaete.

Actualmente, en Chile hay dos medicamentos basados en cannabis: el Sativex y el Tilray. Carlos Bravo, jefe de Estupefacientes y Psicotrópicos del ISP, explica que este tipo de fármacos se administran bajo supervisión médica y en las dosis indicadas por el médico tratante. "Los efectos secundarios son mínimos y son conocidos por el médico tratante. Y sólo pueden ser vendidos a pacientes que cuenten con receta médica retenida".