Juan Rassmuss Raier no sólo se ha quedado en su reclamo en el directorio de Invercap, la matriz de la mayor acerera del país: CAP. También ha dado otros pasos. El empresario, hijo de Juan Rassmuss Echecopar, dueño del 39% de Invercap, contrató hace varias semanas la asesoría de uno de los abogados top en materia legal corporativa: José María Eyzaguirre Baeza, socio de Claro & Cía.
Fuentes cercanas al grupo, accionista principal de Invercap, que elige tres de siete directores en la firma, afirman que Eyzaguirre está asesorando legalmente a Rassmuss para determinar los caminos a seguir y los escenarios que se le presentan en su oposición a la alianza entre Mitsubishi y CAP en la principal filial de esta última: Compañía Minera del Pacífico (CMP).
Eyzaguirre tiene experiencia en grandes negocios y en materias societarias de empresas de gran tonelaje. Además de asesorar a multinacionales como Wal-Mart y el grupo peruano Brescia en sus desembarcos en Chile o la venta de Transelec a Brookfield, Eyzaguirre trabajó con la canadiense PCS en la disputa por el control que mantuvo con Julio Ponce Lerou en la minera no metálica SQM.
El grupo Rassmuss, que eligió a Rassmuss Raier, el abogado Fernando Harambillet y el ex embajador Marcelo Rozas en el directorio de Invercap, ha cuestionado la alianza entre CAP y Mitsubishi: exigen más transparencia en la operación, que se vote en junta de accionistas, que se informe en Invercap, sociedad controladora de CAP, y que se realice una licitación internacional del negocio.
Mitsubishi pretende ingresar a la propiedad de CMP aportando su 50% de Compañía Minera Huasco (CMH), donde CAP tiene el restante 50%. La japonesa aspira a tener el 25% de CMP y los minoritarios han pedido que se establezcan valorizaciones independientes y que se excluyan los dos directores que tiene Mitsubishi en CAP, donde posee un 19%, de la discusión del negocio. La Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) sigue de cerca la evolución de la alianza e intenta establecer quién es el controlador final de Invercap.
CAP, que es presidida por Roberto de Andraca, a quien Rassmuss atribuye el control del grupo acerero, ha sostenido que la única manera de realizar el negocio es vía asociación con Mitsubishi. Rassmuss también contactó a algunas AFP para hacer frente común en las exigencias. El empresario se opone a una alianza con Mitsubishi sin determinar previamente las reservas geológicas de los recursos mineros de CAP ni establecer fehacientemente su valor.