Alejandro Kock e Iván Zamorano se conocieron en 1987, cuando el goleador se ganó el derecho a su primer llamado a la selección nacional. Bam Bam tenía 20 años; el kinesiólogo, 30. La relación paciente-especialista, con el tiempo, se transformó en una amistad profunda. De hecho, cuando ambos se reunieron en Colo Colo, Kock fue el primero en saber del retiro del delantero. El mismo jugador se lo contó la noche previa a la final con Cobreloa, en el Apertura 2003.
Hoy, Zamorano y el profesional trabajan juntos en la ciudad deportiva que lleva el nombre del capitán histórico de la Roja. Kock instaló su clínica (Kinex) en el complejo deportivo que funciona en Las Condes. Son socios. Desde ese puesto, se refiere a los problemas legales del ex futbolista, producto de un juicio con tres bancos (BCI, Itaú y Santander), por una deuda cercana a los dos mil millones de pesos. El especialista médico, en todo caso, no tiene relación con las obligaciones pendientes del "9".
¿Hace cuánto sabían de este problema financiero?
Hace un tiempo ya lo teníamos claro, pero todo el mundo y todas las empresas tienen deudas o problemas de caja alguna vez. El camino al éxito y la consolidación de un sueño como la Ciudad Deportiva nunca ha sido fácil.
El problema es que esta deuda se hizo pública y Zamorano es una figura que capta la atención...
Me gustaría hacer un poco de historia. Iván volvió a Chile con un sueño, después de todo lo que vio en Real Madrid, Inter de Milán, en el América de México. Con una visión, un proyecto social y deportivo tremendo. Y así realiza una inversión de casi 15 millones de dólares, en terrenos que antes eran un botadero. Iván es un luchador y no es ni será la primera vez que tenga que ganarle al destino.
Los números, sin embargo, hablan de un deuda de casi dos mil millones de pesos. ¿Cómo se llega a una situación tan grave?
La cifra no es tan grave como parece. Te doy un dato: la deuda es de dos mil millones y en un año, la Ciudad Deportiva de Iván Zamorano recibe ingresos más altos que esa suma. Y estos números se obtienen con una gestión parcial de Zamorano...
¿Gestión parcial? ¿Qué quiere decir con eso?
A ver... Zamorano es de piel, de familia, de lealtades. Y apostó su patrimonio personal por un sueño, pero debió asesorarse mejor. Como luchador que es, siempre quiso sacar esto adelante solo, con su patrimonio. Ahora ya entendió que eso fue un error.
¿Quiere decir que pecó de excesiva confianza en sus negocios?
Se puede decir que sí. La verdad, tengo sentimientos encontrados con el asunto. Por un lado orgullo, por su tenacidad, por su deseo de sacar adelante este proyecto. Y por otro, un poco de impotencia porque no buscó antes el apoyo de las personas adecuadas. Pero eso ya lo corrigió, hace unos meses contrató un nuevo asesor financiero, un ingeniero. Ahora es mucho más estricto con sus empresas, ya no delega tanto. Así, estoy seguro de que sabrá salir de este embrollo. Iván es un guerrero, jamás dará su brazo a torcer.
¿Se ha podido reunir con él en estos días? Sus cercanos dicen que quedó muy golpeado con la publicación de sus deudas...
Lo visité el miércoles, estuvimos en su casa. Es verdad que le dolió el asunto, pero a quién no. Pero cuando conversamos me dijo: "Tú me conoces Alejandro... Yo voy a sacar esto adelante".
Es lógica su postura, pero según los documentos legales su deuda se arrastra desde 2013...
Son sólo números, mala gestión administrativa, pero que ya se está solucionando. Puedo dar fe de que es así (ver recuadro). La Ciudad Deportiva es un negocio que está sano, que todavía tiene mucha proyección. Creo tanto en el proyecto de Iván que estoy decidido a invertir más en él. En marzo del próximo año tengo presupuestado ampliar las instalaciones de mi clínica en su complejo. Y también quiero invertir en sus negocios, que para mí es más una visión que Zamorano quiere darle a Chile.
¿No le parece arriesgado, viendo los balances de su empresa?
Para nada. Vas a ver que en unos años más este proyecto será mucho más grande. Y me gustaría que lleguen más inversionistas, que crean en esto. Zamorano cumple un rol social, a través del deporte, de su fundación. Con todo lo que ganó como futbolista, pudo dedicarse a descansar todos los días de su vida, pero prefirió arriesgar 15 millones de dólares en este plan. En sus charlas de liderazgo, seguro que después contará cómo salió fortalecido de este episodio.