Sol: brillo a la peruana




Alas cocinas peruanas afincadas en Santiago -a 20 años de su arribo como fenómeno masivo- hay que reconocerles una cosa: hacernos mirar por encima de la Cordillera de la Costa y enseñarnos que pescados y mariscos frescos, bien sazonados, finamente marinados al limón y sin crema de por medio, no muerden. Una sabrosa meditación mientras a la mesa del restaurante Sol llega un generoso plato de Pulpo al Olivo ($ 5.300), de trozos blandos, impecables en color y consistencia. Quizá un poco más de amargor en la salsa de aceitunas potenciaría su prestancia; pero pudo ser por: a) un descuido circunstancial, o b) una más de las concesiones que nuestros vecinos hacen al paladar local, mucho menos cargado a la intensidad. Si nos quedamos con la segunda alternativa, bueno, de eso se tratan los grandes intercambios culinarios: de acomodarse al pedir de boca ajeno.

Como sea, si una lista de platos como la de este local provoca esa serie de reflexiones, por algo será.

Destaca por una comodidad repartida en dos pisos y varios ambientes. La claridad atrae. Promete tanto como una atención esmerada y profesional -otro de los grandes aportes peruanos a nuestro quehacer culinario- que funciona sin pose, sumando calidez al lugar y cadencia extra a platos como el Tiradito Rojo ($ 4.600), láminas de  reineta igual de fresca que el pulpo, pero con una colorada mezcla donde la sazón del rocoto en crema era pura delicadeza que aportaba un sabor filoso.

El resto de la carta es un amplio compendio de tradiciones peruanas como un Chupe de Camarones ($ 6.200) de porte respetable, caldo sustancioso y abundante marisco. En la misma frecuencia aparece el Pescado Mar y Río ($ 6.200), donde la batuta la llevó una salsa impregnada de gusto a camarón de río, que potenció las colitas de sus primos ecuatorianos, también presentes en la preparación. Eso sí, ojo al exceso de planchado.

Una idea de negocio potencial: podrían vender Pisco Sour ($ 2.100 y $ 3.800 el catedral) para llevar, porque luce tanto en frescura como en ese sutil amargor que, de seguro, lo instala dentro de los 'top ten' del estilo en la ciudad.

Tragos aparte, la lista de vinos es bien nutrida, donde resaltan blancos frescos y bien elegidos para maridar sus variantes marinas. Un botellín de fresco Miguel Torres Chardonnay ($ 3.900) es una opción para beber lo justo y necesario en hora de almuerzo, por ejemplo. De lo dulce, una correcta Torta Tres Leches ($ 1.900), esponjosa, dulce y con un grato barniz de mermelada. Buen cierre para un lugar donde la cocina de nuestros vecinos vive su propia primavera.

FICHA

Dirección: Bilbao 2761. Providencia. 
Teléfono: 2232163. 
Horario: Lunes a jueves de 13 a 16 horas. Y de 20 a 00. 
Calificación: 6

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