"Cariñosito", como le decían sus amigos en Chile a Francisco Solar Domínguez -uno de los acusados en el denominado caso Bombas- recibió la noticia el 1 de febrero, cuando el director del Centro Penitenciario Villabona (en Asturias) fue notificado del decreto de expulsión de España.
Solo un par de días antes -el 30 de enero- los jueces de la Audiencia Nacional de ese país Ángela Murillo, Paloma González y Juan Francisco Martel habían decretado la expulsión de los chilenos Solar y su pareja Mónica Caballero Sepúlveda a modo de sustitución de su condena por los delitos de lesiones y daños terroristas tras hacer estallar una bomba en la Basílica del Pilar de Zaragoza, el 2 de octubre de 2013.
La decisión judicial fue el término de un largo proceso, luego que los chilenos invocaran el artículo 89 del Código Penal español alegando que las penas de más de un año de prisión en contra de un ciudadano extranjero pueden ser reemplazadas por su expulsión del territorio hispano. En casos donde la justicia española quiere dar una señal por la gravedad del delito, se espera hasta que cumplan un tercio de la pena, lo que en este caso se concretó hace algunas semanas.
Solar y Caballero permanecieron casi cuatro años privados de libertad en España, situación que gatilló varias cartas de ambos en páginas anarquistas criticando las condiciones de las cárceles de ese país.
"Se proceda a la expulsión del territorio nacional de Francisco Javier Solar Domínguez, nacido el 4/07/1979 en Santiago de Chile", se lee en la resolución del Servicio Común de Ejecutorias Penales de la Audiencia Nacional enviado a la cárcel donde cumplía pena Solar. Lo mismo ocurrió en el caso de Caballero quien, sin embargo, estaba recluida en otra prisión llamada Estremera, en Madrid.
Ambos chilenos, declarados anarquistas, fueron detenidos en un megaoperativo de la policía antiterrorista española el 13 de noviembre de 2013 y condenados a fines del año pasado a 4 años y 6 meses de cárcel, más el pago de 143.317,8 euros por concepto de indemnización al Cabildo de Zaragoza. Una pena considerablemente baja respecto de lo que la fiscalía había solicitado, luego que el Poder Judicial descartara su pertenencia a una organización terrorista.
Solar y Caballero arribarán la próxima semana en un vuelo procedente de Madrid. Para volver debieron acreditar un domicilio en Chile -que hasta el momento tiene carácter reservado- y lo harán en calidad de ciudadanos libres, sin ninguna deuda pendiente con la justicia chilena, ya que fueron absueltos en el marco del caso Bombas. La última obligación de las autoridades españolas será embarcarlos en el vuelo que los traerá de regreso a Santiago, esta vez como matrimonio, ya que se casaron en una cárcel hispana.
El retorno de Solar y Caballero ya fue notificado a La Moneda y su caso -de hecho- fue materia de discusión en el comité policial de la semana pasada.
La preocupación del gobierno no es menor, ya que el regreso de ambos jóvenes se produce en momentos en que se reactivó el debate por modificaciones a la Ley Antiterrorista, luego del envío de un paquete- bomba al presidente del directorio de Codelco, Oscar Landerretche, del que aún no hay responsables.