Estrés, alcohol y problemas familiares habrían gatillado el actuar del soldado estadounidense que el fin de semana pasado mató a 16 civiles afganos en Kandahar. Ese es el argumento que plantea el diario The New York Times en base a las declaraciones de un alto representante del gobierno de EEUU, que entregó más detalles del suboficial que fue trasladado a la base de Fort Leavenworth en Kansas, tras un breve paso por Kuwait, país que se negó a tenerlo más tiempo en su territorio.
Según la fuente oficial, el soldado habría bebido alcohol durante la noche del incidente, a lo que se unía el estrés sufrido en la que era su cuarta operación de combate. También tenía problemas con su mujer. "Al final hubo una combinación de estrés, alcohol y problemas domésticos: simplemente explotó", dijo el representante del gobierno, según consigna la agencia Dpa.
John Henry Browne abogado del soldado, dijo hoy a la cadena televisiva CNN en Seattle, que estaba "preocupado por el estado de ánimo" de su cliente tras hablar con él por teléfono.
Pese a que el nombre del efectivo militar aún es un misterio, medios estadounidenses afirman que se trata de un sargento de 38 años que pertenece a la Base Conjunta Lewis-McChord, situada a las afueras de Seattle (EEUU) y que servía por primera vez en suelo afgano. Antes estuvo en Irak donde sufrió un traumatismo cerebral.
El abogado Browne explicó que su cliente entró a las Fuerzas Armadas una semana después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. La mujer y los hijos del soldado fueron trasladados de su vivienda en la base de Lewis-McChord por mottivos de seguridad.