Las compañías automotrices de los Estados Unidos aprobarían cuatro años más con ganancias como las de esta semana. Una segunda gestión del presidente Barack Obama, que hizo del salvamento de General Motors Co. un pilar de su campaña, depende de si los votantes le atribuyen ese mérito.
Hace cuatro años, los predecesores arruinados de GM y Chrysler Group LLC, así como Ford Motor Co., que logró sobrevivir sin un rescate, buscaban ayuda del gobierno de los Estados Unidos para pagar sus cuentas.
Esta semana, el mercado interno de automóviles más fuerte desde 2007 contribuyó a que Generals Motors y Ford superaran las estimaciones de Wall Street, mientras que las utilidades del tercer trimestre de Chrysler treparon 80%.
El presidente republicano George W. Bush dio a GM y a Chrysler préstamos de emergencia a fines de 2008 para que sobrevivieran lo suficiente para que el demócrata Obama estableciera el plan de rescate de US$80.000 millones que comprendió el despido en 2009 del máximo responsable ejecutivo de GM, Rick Wagoner, y la quiebra administrada de las dos compañías automotrices. En ese momento, el 54% de los estadounidenses dijo que el rescate era negativo para la economía, según una encuesta de Pew Research.
"Fue rápido, desagradable, y sin duda no se rigieron por las reglas de quiénes son los acreedores privilegiados", dijo Maryann Keller, directora de una consultora homónima de Stamford, Connecticut, haciendo referencia al rescate automotriz del gobierno de Obama. "Por otro lado, salvaron la industria".
Puede compararse esa situación con la de este año, cuando encuestas de Pew determinaron que el 56% de los estadounidenses considera que el rescate de Chrysler y GM fue bueno para la economía del país. El compañero de fórmula de Obama, el vicepresidente Joe Biden, suele bromear en actos de la campaña y decir que su fórmula merece la reelección porque "General Motors está viva" y Osama Bin Laden está muerto.
Acciones en alza
Las operaciones en América del Norte de GM y Ford ganaron este año hasta septiembre un total sumado de US$11.950 millones en utilidades previas a impuestos, dijeron esta semana las compañías, lo que llevó sus acciones al nivel más alto desde abril. Chrysler, que controla Fiat SpA, que genera casi todos sus ingresos en América del Norte, dio a conocer ganancias modificadas de US$4.100 millones antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización.
Mitt Romney, que ha criticado el rescate automotriz de Obama, está rezagado en Ohio -un estado vital para sus oportunidades de llegar a la Casa Blanca-, donde la industria automovilística constituye el 4% de la fuerza de trabajo. Las encuestas indican que el republicano también está rezagado en Michigan. Los dos estados juntos tienen alrededor del 65% de las fábricas de GM y Chrysler.
"Si yo trabajara en la industria automotriz sin duda votaría a Obama", dijo James Hoffman, un presidente de distrito de Key Bank en Toledo, Ohio, que apoya a Romney, en una entrevista de Bloomberg Television. "No necesariamente estoy de acuerdo, pero salvó los empleos en el sector y ahora presenciamos la recuperación, de modo que preservar una industria básica como la automotriz es una buena política nacional y debería atribuírsele el mérito".