Primero iba a ser Robocalypse, una película de robots contra humanos situada en un futuro cercano, cuando los cuerpos mecanizados deciden rebelarse frente a la especie que los creó. Pero los costos subieron a escalas poco solventes y Steven Spielberg decidió dejar durmiendo la película en su gran baúl de proyectos. El año pasado se anunció que su nuevo trabajo sería finalmente un drama llamado American sniper, basado en la vida del más certero francotirador de la historia militar estadounidense. Pocos meses después, sin embargo, el realizador de E.T. abandonó la película y le dejó la posta a Clint Eastwood, que por estos días filma tal historia en Marruecos con Bradley Cooper. Ahora, después de dos años desde Lincoln, Spielberg maneja al mismo tiempo dos proyectos: uno de ellos, ambientado en plena Guerra Fría y protagonizado por Tom Hanks, será su nuevo largometraje. Luego vendrá la adaptación del libro El gran gigante bonachón, de Roald Dahl, autor británico conocido por Charlie y la fábrica de chocolates.
Se trata de una fórmula conocida para Spielberg: hacer, con poco tiempo de diferencia, una película "seria" y otra para toda la familia; algo para los Oscar y otra para la boletería. En 1993 fueron Parque jurásico y La lista de Schindler; en el 2005, Munich y La guerra de los mundos. Sin título aún, el proyecto con Tom Hanks se basa según informó el diario especializado Variety en un guión del dramaturgo Matt Charman, quien se propone contar la verdadera historia tras el derribamiento del avión de vigilancia U2 de la Fuerza Aérea estadounidense en territorio soviético. El episodio, uno de los más embarazosos y tensos para Estados Unidos durante la Guerra Fría, sucedió el 1 de mayo de 1960, en el último año de la presidencia de Dwight Eisenhower.
Tom Hanks, actor de Spielberg en Rescatando al soldado Ryan, Atrápame si puedes y La terminal, interpretará a James B. Donovan, el sagaz abogado que logró salvar de un inminente cautiverio feroz en la ex URSS a Francis Gary Powers, piloto que iba al mando del avión americano. Historia con bordes novelescos, la interceptación del gigantesco monoplaza U2 fue posible sólo gracias a una tarea conjunta de los MIG 19 y Sukhoi soviéticos y el fuego antiaéreo de ese país. A mediados de abril, el mismo avión espía ya se había adentrado en el sur de la ex URSS, con el fin de tomar fotos y reconocer bases nucleares, pero los soviéticos no pudieron derribar el objetivo. En su segundo viaje sí fue posible. Francis Powers logró salir con vida, eyectando su asiento desde la cabina y cayendo en una granja de campesinos rusos.
Condenado a tres años de prisión y siete de trabajos forzados, Powers se transformó en una suerte de trofeo de guerra para el premier soviético Nikita Jrushchov, que de esta manera dejó al descubierto la operación fachada de Eisenhower: el presidente de EE.UU., antes de saber que Powers permanecía vivo, había dicho al mundo que el avión realizaba trabajos de meteorología, negando cualquier caso de espionaje.
En ese momento es cuando entra en acción James B. Donovan, un abogado egresado de Harvard, que había participado en los juicios de Nuremberg contra los nazis y que en 1962 se transformó en el hombre encargado de sacar a Powers de las rejas soviéticas. Negociador brillante, Donovan le propuso a Jrushchov una oferta imposible de rechazar: entregar a Francis Powers, a cambio del espía soviético Rudolph Abel. El propio Donovan, que era simpatizante demócrata y liberal en lo ideológico, había defendido a Abel en las cortes estadounidenses. Con una técnica de litigio impecable logró salvar al ruso de la pena de muerte en EE.UU. Luego, bajo órdenes de Eisenhower, negoció en Berlín Este el canje de Abel por Powers.
Donovan tuvo más aciertos en su corta vida. En 1962 también negoció con éxito para el Presidente John F. Kennedy la liberación de los prisioneros estadounidenses y cubanos apresados por el gobierno de Fidel Castro, tras el desembarco frustrado en Bahía de Cochinos. En 1970, un ataque al corazón lo alejó tempranamente de este mundo, a los 53 años, mientras trabajaba para su firma de abogados.
La película se debería rodar en el segundo semestre de este año e, inmediatamente después, en el primer semestre del 2015, vendrá El gran gigante bonachón. Al mismo tiempo, el director de Tiburón planea su tercera serie para televisión sobre la Segunda Guerra Mundial. Tras los éxitos de Band of brothers y The Pacific, el cineasta desarrolla la producción Masters of the air junto a Tom Hanks, tomando como referencia el libro Masters of the Air: America's Bomber Boys Who Fought the Air War Against Nazi Germany, del historiador Donald L. Miller. La miniserie de HBO contará las historias de aquellos pilotos que sirvieron para el grupo llamado Eighth Air Force de la Fuerza Aérea de Estados Unidos.