El Sporting de Lisboa anunció su intención de hipotecar su estadio de Alvalade como garantía a los bancos acreedores de que pagará sus deudas, en una muestra más de la delicada situación financiera que atraviesa el club que quiere dejar atrás para no desaparecer, tal como ocurrió en su momento con el ex Glasgow Rangers.
En un comunicado enviado a la Comisión del Mercado de Valores lusa -obligatorio debido a su condición de empresa cotizada en la Bolsa de Lisboa-, los "leones" informaron de esta decisión, pendiente de la aprobación de la Asamblea General y encaminada a garantizar su sostenibilidad económica.
Para ello, además, los lisboetas presentaron las líneas maestras de su reestructuración financiera, que incluirá la entrada en su accionariado de una firma angoleña, Holdimo, que pasaría a controlar más de un 25 % del club donde jugaron Rodrigo Tello, Mauricio Pinilla, Jaime Valdés y Matías Fernández y que hoy tiene en sus filas a Diego Rubio.
Los créditos concedidos en el pasado por esta empresa al Sporting se convertirán así en acciones, en una ampliación de capital cuantificada en 20 millones de euros.
De forma paralela se llevará a cabo otro aumento de capital, en este caso de 18 millones de euros, en el que participarán inversores seleccionados por el propio club.
Por último, también está prevista la emisión de 80 millones de euros en obligaciones convertibles en títulos con una tasa de interés anual del 4 % de rentabilidad, aunque condicionada a la existencia de dividendos.
El Sporting de Lisboa se encuentra inmerso en una profunda crisis financiera y a finales de esta temporada tuvo incluso que recurrir a la venta de un jugador (el holandés Van Volfswinkel) para pagar salarios.
A 31 de diciembre de 2012, el club presentaba un pasivo de 243 millones de euros, superior de hecho al valor de sus activos, que se sitúa en torno a los 146 millones de euros.
Los "leones", además, acumulan una sequía de títulos que se prolonga ya desde hace más de una década, con la única excepción de una Supercopa en 2009.
La pasada campaña terminó séptimo en Liga, muy lejos de su objetivo a principio de temporada, y quedó fuera por tanto de los puestos que dan acceso a competiciones europeas.