El 16 de abril, los mexicanos se despertaron con un saludo: "Hola México. Ya está disponible Spotify en su territorio". Y así, el servicio de streaming más popular en Occidente, Spotify, inauguró su primera sede en Sudamérica (Argentina fue la segunda), en una escalada regional donde Chile se iba quedando a la zaga. Hasta ahora.
Spotify se encuentra en plena expansión regional que espera desembarco durante diciembre en Chile, Perú y Colombia, según informan desde los sellos nacionales que trabajan con la compañía. No hay precisión sobre el día porque la compañía nacida en Suecia ha seguido una política estricta de desembarco en el mundo: un día aparece disponible en una nueva frontera y saluda a sus usuarios vía Twitter.
Se trata del servicio de streaming más popular en Estados Unidos, y uno de los más fuertes en el mundo. Spotify ofrece un catálogo de 20 millones de canciones, con 24 millones de usuarios registrados, seis millones de ellos en calidad de suscriptores. Los usuarios pueden escuchar la canción que quieran y esté disponible: en el caso de quienes se conectan de forma gratuita, significa escuchar una publicidad cada 10 minutos; los planes de suscripción eliminan los avisos, ofrecen acceso a mejor calidad de audio y acceso desde dispositivos portátiles.
El funcionamiento es similar al competidor más fuerte, ya disponible en Chile: Deezer, una aplicación francesa que cuenta con 26 millones de usuarios y planes Premium en Chile -escucha ilimitada, sin anuncios, en dispositivos móviles- a $ 2.049.
Críticas y rivales
El 30 de octubre pasado la banda Los Tres y el músico uruguayo avecindado en Chile Gonzalo Yáñez, participaron en una celebración de la marca en Ciudad de México. Una semana antes, una comitiva de la empresa sostuvo reuniones con sellos en el país, para informarse sobre el terreno donde pisarán desde diciembre. Hasta esta semana continúan las reuniones de los ejecutivos de la región con sellos independientes.
El sistema ha sido blanco de críticas durante el último año: si bien se integró a instancias formales -el ranking Billboard lo considera para su cálculo sobre los singles y discos más vendidos-, varios músicos han retirado su catálogo, en desacuerdo con la retribución que implica. "Son el último gas de una industria moribunda", calificó Thom Yorke, líder de Radiohead, y cabeza visible de la nueva forma de difusión digital. La industria, sin embargo, está lejos de compartir la comparación escatológica: los servicios de streaming representan el 16% de las ganancias globales, como ha publicado el diario The Guardian.
Aunque Spotify aún no está en Chile, sus músicos sí están disponibles en su catálogo. "Se realiza a través de 'agregadores'", explica Rodrigo Santis, director del sello Quemasucabeza, "pero en lo que respecta a ganancias, aún es algo menor. El 95 por ciento de los ingresos digitales llega por iTunes y por venta de música", dice.
"Hace un tiempo, el streaming iba a asociado a una baja calidad, pero al entrar grandes socios, también aumenta la demanda básica que puede sostener. Sube la calidad y comienzan a ofrecer una experiencia con el perfil de usuario", agrega el director de marketing digital de Sony Music Chile, Sebastián Barrios.