Uno de los más originales. El comediante y co-creador del show de Dave Chapelle pone tres micrófonos en el escenario, cada uno para un tipo diferente de humor. Uno para chistes breves, otro para historias típicas de stand up y otro para episodios de fuerte carga emotiva, como su lucha contra la depresión, sus penas amorosas y sus crisis vocacionales. La mezcla le resulta, alternando entre pasajes de carcajada fácil y otros extrañamente oscuros. Puede pasar de comentar que la gente que se hace tatuajes en el cuello está en el fondo diciendo que está de acuerdo con ganar el sueldo mínimo a explorar el humor tras los nuevos métodos contra la depresión, como la ketamina o la terapia de imanes.
Ali Wong: Baby Cobra
Norteamericana de ascendencia vietnamita, Wong (35) se despacha este especial de primerísimo nivel y con siete meses de embarazo. Su chiste inicial, que odia y envidia automáticamente a las mujeres de 18, es un aperitivo a su filosofía de no pedir perdón por ser egoísta. La misma que la lleva a defender técnicas para lograr atrapar de por vida a su marido o a cuestionar que sea buena idea la incorporación de la mujer al trabajo, dado que ama el tiempo libre y la flojera. Pasajes brillantes sobre sexualidad, sobre la patudez de los hombres o sobre lo racista que es la humanidad en general están entre los más logrados.
Michael Che: Michael Che Matters
Michael Che es conocido desde 2014 como participante del segmento Weekend Update de Saturday Night Live, una parodia de las noticias. Pero es también un standupero hecho y derecho, algo que queda más que demostrado en este especial que Netflix produjo el año pasado. Aunque es muy parejo, probablemente sus mejores momentos tienen que ver con temas raciales. No sólo respecto a su comunidad (afroamericano, oriundo de Brooklyn), sino que también observando otras. Por ejemplo: da la idea de acabar con ISIS llevando a Siria a mujeres blancas, expertas según él en gentrificar barrios (expulsar a sus habitantes originales). Las risas más nerviosas las saca en un segmento donde dice que sería mucho más entretenido tener de amigo a Trump que a Obama.
Iliza Shlesinger: Freezing Hot
Un huracán es esta comediante norteamericana de ascendencia judía. Shlesinger (34), conocida tras ganar el reality Last Comic Standing, parece tener una energía incontrolable, casi agresiva, que la obliga a hacer muecas, gritar y moverse, pero lo interesante es este histrionismo tiene como soporte inteligentes observaciones sobre la vida en la treintena o, uno de sus temas favoritos, las abismales diferencias entre los sexos y las dinámicas del juego amoroso (un pasaje sobre Pinterest, "porno para mujeres", está dentro de lo más aplaudido). Tiene otros dos especiales en Netflix, Confirmed kills y War paint.
Joe Rogan: Triggered
No conforme con ser el comentarista estrellas de las peleas de la UFC y con tener uno de los podcast más escuchados de EE.UU. (en ambos ámbitos, muy en serio), Joe Rogan tiene una carrera larga y paralela como comediante. Por edad (50) y estilo más cercano a gente como Louis CK o Bill Burr que a los comediantes tipo Aziz Ansari, Rogan acá se ríe de los millennials, de los nerds de la tecnología o de las excentricidades de la gente de Texas. Domina un montón de temas diferentes y sabe burlarse de conservadores y progresistas.
Manu NNa: Simplemente Manu NNa
Figura de la escena queer en México, Manu NNa parte diciendo que la comedia consiste en que "entre peor nos va allá abajo, mejor nos va acá arriba". Toda una declaración de principios del tipo de stand up que hace, de reírse de sus tragedias, de autodesprecio, pero en su caso siempre con buen ánimo y hasta con un dejo de inocencia. Vivir solo no por opción, ir al gimnasio por primera vez (sentir que la bicicleta elíptica te obliga a imaginarte en Single ladies de Beyoncé) y ver la vida como un melodrama por culpa de las teleseries están entre los tópicos que aborda. Siempre atravesados por una óptica gay y una sensibilidad camp.
Jim Jefferies: BARE
El comediante australiano tiene el que probablemente sea el especial más subido de tono de Netflix. Aunque está obsesionado con el sexo, en su mirada éste siempre tiene un reverso de mucho morbo y de efectos indeseados. Así es desde que parte contando que su actual novia solía salir con un famoso jugador de la NBA. Las crueles diferencias entre la pornografía y el mundo real, su visión anticuada de las dinámicas de pareja y sus desahogos respecto a la paternidad (la rutina la hace habiendo sido padre hace seis meses) están entre sus temas más logrados. Sus líneas son inseparables de su personalidad, de mucho carácter, de incorrección, pero también simpatía. Freedumb es el otro especial que tiene en la plataforma.