La agencia de calificación de riesgos Standard and Poor's (S&P) anunció hoy que retiraba la nota "AAA" a la Unión Europea (UE) y le bajó un peldaño hasta "AA+" con el argumento de que la calidad de su crédito en conjunto se ha reducido.
Asimismo subrayó que la decisión afectaba "a la Unión Europea en tanto que prestatario supranacional. Las notas de los Estados miembros de la UE no se ven afectadas", según un comunicado.
S&P señaló también que el descenso desde la triple A, la mejor calificación posible, en un peldaño hasta "AA+", va acompañado de una perspectiva estable, lo que supone que en el medio plazo la agencia de calificación de riesgos la mantendrá en ese nivel.
"Creemos que el perfil financiero de la UE se ha deteriorado, y que la cohesión entre los Estados miembros se ha resentido", indica la firma en su comunicado.
"La calificación del UE depende en parte de la capacidad y la voluntad de sus miembros para apoyarla", dijo S&P, que precisó que el cambio en la calificación de la Unión "no afecta a las calificaciones soberanas de los Estados miembros individuales".
Añadió que en su opinión "la solvencia en su conjunto de los veintiocho miembros de la UE se ha reducido".
El comunicado de S&P también indica que "las negociaciones presupuestarias de la Unión son cada vez más difíciles, lo que consideramos que supone un aumento de los riesgos al apoyo de la UE por algunos Estados miembros".
Tras conocerse la decisión el vicepresidente de la Comisión Europea (CE) y responsable de Finanzas, Olli Rehn, indicó que el Ejecutivo comunitario "tomaba nota", al tiempo que recordaba que la calificación de la UE según otras dos agencias, Fitch y Moody's, es "AAA".
"Para la CE la calificación del crédito de la Unión debería evaluarse esencialmente en base a sus méritos, debido al estatus del presupuesto comunitario en los tratados, así como por los firmes ingresos presupuestarios de la UE con sus propios recursos y la obligación que los veintiocho tienen por los tratados de que el presupuesto siempre sea equilibrado", agregó.
Afirmó también que la CE "está en desacuerdo con S&P en que las obligaciones de los Estados miembros respecto al presupuesto en un escenario de estrés son cuestionables. Todos los países miembros han proporcionado siempre, y también durante las crisis, sus contribuciones al presupuesto en su totalidad y a tiempo".
Por su parte, el primer ministro de Bélgica, Elio Di Rupo, señaló que la decisión de S&P "es una opinión, yo constato que hay signos de mejoría. Creo que hay seguir trabajando tanto el rigor presupuestario como en la política de crecimiento, es lo que estamos haciendo, en particular en Bélgica, y hay que seguir por esta vía".
Al ser consultado sobre si la rebaja podría repercutir en la economía europea, respondió con un "no" y añadió que se trata de "un análisis, hecho por unos expertos que antes de la crisis bancaria habían concluido que todo iba bien, así que siempre hay que relativizar una opinión".
En enero de 2012 la UE ya había recibido una advertencia de calificación a la baja por parte de Standard and Poor's, que entonces revisó a negativa la perspectiva de evolución de la nota.
En la actualidad solo hay seis países en la UE que tienen la codiciada triple A, pues en los últimos meses han perdido la más alta calificación Francia y Holanda, y otros como Italia, España, Malta, Eslovenia y Chipre, han visto reducida la suya.
La misma agencia confirmó hoy que la nota de Reino Unido a largo plazo se mantiene en "AAA", pero también advirtió que no excluye rebajarla en un peldaño el año que viene debido a que su recuperación económica es frágil.
La agencia recordó que en la actualidad la nota medida de los países contribuyentes netos al presupuesto comunitario es de "AA", un peldaño menos que la UE como entidad supranacional.
Asimismo señaló que la UE pide prestado en los mercados de capital para prestar a su vez a los Estados miembros y a algunos países terceros, al igual que a otros programas como la Comunidad Europea de la Energía Atómica (EURATOM).
La agencia calificadora de riesgos indicó que a diciembre de este año, los préstamos pendientes de pago de la UE totalizan 56.000 millones de euros y que esperaba que el periodo de madurez de esa cartera aumente hasta 19,5 años (desde los 12,5 años en 2013), debido a los pendientes de pago de Irlanda y Portugal.
Esos dos países juntos, según el comunicado de S&P, representan el 80% de los créditos aún pendientes de pago de la UE.
"La posibilidad de que la UE no pueda acceder a los mercados de capitales es remota, lo que creemos que minimiza los riesgos de que los préstamos a Irlanda y Portugal pudieran no ser ampliados", precisó.